La mejora de las baterías de los coches eléctricos es una de las eternas batallas para este tipo de vehículos. Armados con baterías en estado semisólido, gran parte del sector apunta a que el avance más notable que se producirá tendrá lugar cuando se de el salto a las baterías en estado sólido, pero, mientras que muchas compañías ya están trabajando en esta dirección, desde Tesla consideran que a los sistemas empleados actualmente les queda mucho por decir.
La marca de Elon Musk no pierde de vista tecnologías como las baterías en estado sólido o los supercondensadores, pero considera que todavía hay mucho margen de mejora en las que utilizan actualmente sus vehículos.
Queda un largo camino para las baterías de iones de litio
Lars Moravy, vicepresidente de ingeniería de vehículos de Tesla, señaló durante una entrevista: “Las celdas de iones de litio y de fosfato de hierro y litio realmente han demostrado su valor en términos de densidad y capacidad energética, y creo que solo estamos en el comienzo de eso. Sigo pensando que todavía queda mucho por avanzar en la microquímica y en esos formatos”.
Se trata de un punto de vista relativamente extendido entre los expertos en esta industria, que señalan que no va a ser necesario esperar a un avance revolucionario como las baterías en estado sólido para conseguir mejoras notables en este campo. El formato de iones de litio sigue consiguiendo avances y hay muchas áreas en las que se puede experimentar para seguir por ese camino, como son la forma y diseño de las celdas, o las proporciones de las materias primas que las componen.
Moravy confía en que es una vía que todavía tiene mucho recorrido: “Creo que esto continuará durante mucho tiempo y encontraremos muchas más mejoras en las baterías que fabricamos en nuestros vehículos. Eso no significa que no consideremos también tendencias como las baterías de estado sólido y los supercondensadores y otras cosas que podrían ofrecer otras alternativas energéticas”.
Reconocimiento al Tesla Model S
Durante la larga entrevista, el vicepresidente de Tesla tocó bastantes temas, pero se detuvo particularmente en el Tesla Model S. El primer modelo de gran producción de la compañía es, a día de hoy, un coche con unos niveles de ventas residuales, igual que ocurre con el Tesla Model X, pues ambos palidecen ante el éxito de sus hermanos pequeños, los Tesla Model 3 y Tesla Model Y. Sin embargo, tiene muy clara su opinión al respecto: “Sigue siendo un buque insignia, sigue siendo un gran coche y, probablemente, el mejor del mundo que se puede comprar por ese precio. Su precio es simplemente absurdo, ridículo”.
“Cuando piensas en el Model S, tiene ese estilo icónico que Franz le dio hace mucho tiempo... cuando tienes un estilo bonito, no lo estropeas. Simplemente le quitas las asperezas, le pules, le das un toque… En este último, nos enfocamos en algunas de las deficiencias que teníamos hace unos años en cuanto a características interiores, sonido y comodidad Tenemos que hacer que el próximo coche que fabriquemos sea el Tesla más silencioso que jamás hayamos fabricado... ahora el S y el X son aún más silenciosos que esos”, señalaba.
A pesar de su amor por el Model S, también reconoció algunos fallos que ha tenido a lo largo de su trayectoria y que desde la compañía han querido solucionar: “Algo que odiaba de ese coche, desde el año 2010, cuando recuerdo haber diseñado la suspensión trasera, era que siempre tenía muchos problemas en la relación de suspensión. Y cambiamos todos los cojinetes para eliminarlos. Cambiamos todo el algoritmo de suspensión para la amortiguación adaptativa a lo que llamamos OptiHook, basado en nuestro modelo basado en la física, y hace que la conducción sea suave”.