Niño Becerra alerta sobre el verdadero problema del coche eléctrico que nadie cuenta y que va más allá de la tecnología

El economista alerta y propone varios caminos a explorar que deben jugar “un papel esencial”: reducción de los desplazamientos presenciales en las empresas, el teletrabajo y los servicios remotos.

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Niño Becerra alerta de la insostenibilidad del coche eléctrico en las ciudades.
24/06/2025 08:00
Actualizado a 24/06/2025 08:00

El mensaje del prestigioso economista Santiago Niño Becerra, reconocido por su visión crítica sobre la economía española, es claro y preocupante: la expansión del coche eléctrico no es solo una cuestión ambiental, sino un reto estructural que confronta problemas de congestión urbana, dependencia tecnológica, aumento de precios y reconfiguración del mercado automovilístico.

Para que esta transición hacia la movilidad sostenible sea real y beneficiosa para todos, el economista aboga por un enfoque integral: desde la gestión del tráfico urbano y los hábitos laborales, hasta el fomento de la industria local y el transporte colectivo. Sin ello, advierte, el coche eléctrico podría verse como un lujo insostenible y excluyente.

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Para Niño Becerra, los atasco hacen que la situación del tráfico sea “insostenible”.

Un problema “insostenible”

En una reciente entrevista en El Debate, el economista ha puesto de manifiesto un serio inconveniente ligado al despliegue masivo del coche eléctrico. Su diagnóstico advierte sobre las limitaciones reales de esta tecnología, a la que define como “insostenible” en el contexto actual.

Niño Becerra abrió sus respuestas con una experiencia personal: un trayecto que habitualmente le lleva 25 minutos en moto por Barcelona se prolongó más de 45 minutos debido al tráfico. A su juicio, este ejemplo ilustra el colapso que sufre la movilidad urbana. “La situación del tráfico es insostenible”, subraya.

Señala que la solución pasa por replantear radicalmente la movilidad laboral: “Reducir los desplazamientos innecesarios de trabajo, algo que la tecnología permite, pero muchos empleadores se resisten”, afirma. En su opinión, la clave reside en apostar por el teletrabajo y la organización flexible, con lo que se aliviaría la presión sobre infraestructuras congestionadas. “La masificación es inasumible”, añade, advirtiendo de que el problema no es sólo de contaminación, sino de eficiencia urbana.

Uno de los puntos más importantes de la entrevista es cuando el economista es preguntado por las carencias tecnológicas europeas en el ámbito del coche eléctrico. Según Niño Becerra, existen dos opciones: importar modelos de fabricantes como los chinos o desarrollarlos en Europa. “Pero aquí no tenemos la tecnología”, aclara.

Aporta lo declarado por el presidente de Ford en Estados Unidos que reconoció que China lleva dos años de ventaja en esta industria. Para el economista, esto implica que el coche eléctrico europeo está en desventaja competitiva, lo que conlleva retos en términos de inversión, innovación y generación de empleo en el sector.

El coche de las clases medias

El impacto de esta situación se traslada al comportamiento del mercado y los hábitos de consumo. Niño Becerra explica que, tras la pandemia, muchas marcas apostaron por “vender menos coches pero más caros”. El resultado: un alza considerable de precios y una caída en la accesibilidad de los vehículos.

Este fenómeno provoca que el automóvil deje de ser un producto generalista para consolidarse como un artículo de lujo. Así, los coches “de clase media o media baja” están desapareciendo del mercado europeo, en tanto que se favorece la producción de vehículos de gama alta con mayores márgenes.

El economista pone ejemplos concretos: mientras modelos como el Polo (de Volkswagen) pierden peso, los Golf GTI, o incluso opciones aún más premium, mantienen su atractivo en un mercado enfocado a compradores con mayor poder adquisitivo

Este cambio de estrategia tiene implicaciones directas sobre el tejido industrial europeo, y en especial sobre España. Según datos recientes, la producción de vehículos en España mostró una caída de más del 9% en los primeros cinco meses de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior .

El sector automovilístico representa alrededor del 10% del PIB español y emplea a más de 2,2 millones de personas, incluyendo fabricación, distribución y servicios. La pérdida de producción amenaza con reducir aún más la posición del país en el ranking europeo y mundial de fabricantes

De igual forma, la necesidad de adaptar plantas a la producción de coches eléctricos y híbridos ha forzado a las fábricas a operar por debajo de su capacidad. Plantas como la de Ford en Almussafes han visto reducida su producción anual de unos 450.000 vehículos en 2004 a aproximadamente 100.000 en 2024.

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El economista reclama una política industrial para ganar la batalla tecnológica a los fabricantes chinos.

Las soluciones de Niño Becerra

Para revertir esta tendencia, Niño Becerra no solo alerta, sino que propone caminos a explorar. En primer lugar, insistir en la reducción de los desplazamientos presenciales en el ámbito empresarial. El teletrabajo y los servicios remotos, afirma, “tienen que jugar un papel esencial”.

En segundo lugar, plantea la necesidad de reorientar la capacidad industrial hacia modelos de movilidad colectiva que complementen al vehículo privado. “El transporte público va a tener que ocupar un papel que ahora no ocupa”, anticipa

Finalmente, recalca la importancia de una política industrial fuerte que impulse la autonomía tecnológica europea. Apunta a la urgencia de invertir en investigación, en infraestructuras de recarga, y en alianzas público-privadas que permitan competir con China y Estados Unidos.