Tesla se prepara para reactivar uno de sus proyectos industriales más ambiciosos en Europa. Tras años de incertidumbre, la compañía estadounidense planea comenzar la producción de celdas de batería en su Gigafactoría de Grünheide, cerca de Berlín, a partir de 2027. Así lo recogen informaciones del medio Frankfurter Allgemeine Zeitung y de la agencia dpa, que apuntan a un cambio de rumbo respecto a la decisión tomada en 2022, cuando Tesla paralizó estos planes para priorizar inversiones en Estados Unidos.
La idea de fabricar baterías en Alemania no es nueva. En 2020, Elon Musk anunció que el complejo de Berlín-Brandenburgo no solo sería una planta de ensamblaje de vehículos, sino también el mayor centro de producción de celdas del mundo, con una capacidad inicial prevista de 100 GWh anuales y una posible ampliación futura hasta los 250 GWh. Unas cifras muy superiores a las de otros proyectos europeos, como la planta de PowerCo en Salzgitter, que arrancará con 20 GWh.
Un proyecto relanzado con menor escala inicial

La realidad, sin embargo, será más contenida en una primera fase. Según las informaciones actuales, la producción de celdas en Grünheide comenzará con una capacidad aproximada de 8 GWh al año. Esto permitiría abastecer a unas 2.000 unidades eléctricas por semana, una cifra claramente inferior a la capacidad máxima de la planta, que puede ensamblar hasta 7.500 vehículos semanales. En la práctica, Tesla seguirá dependiendo en gran medida de proveedores externos para cubrir sus necesidades de baterías.
Pese a ello, la compañía ya ha comenzado a sentar las bases del proyecto. Tesla ha publicado ofertas de empleo específicas, como la de responsable de producción de celdas, lo que indica que los preparativos están en marcha. Además, la nueva línea de fabricación podría generar varios cientos de puestos de trabajo adicionales en la región.
Inversión millonaria y apuesta por la integración vertical
El responsable de la planta, André Thierig, ha confirmado que Tesla prevé invertir cerca de 100 millones de euros en las instalaciones vinculadas directamente a la producción de celdas, aunque el volumen total de inversión asociado a la fábrica de baterías rondaría los 1.000 millones de euros. El objetivo estratégico es claro: aumentar el grado de integración vertical y fabricar en un mismo emplazamiento todos los componentes clave, desde la celda hasta el vehículo eléctrico terminado.

“Esto es único en Europa; no existe otro centro de producción con este nivel de integración”, señaló Thierig, subrayando la singularidad del proyecto dentro del panorama industrial europeo.
Condiciones abiertas y cautela estratégica
No obstante, Tesla mantiene un cierto margen de maniobra. La compañía ha dejado claro que el desarrollo completo de la cadena de valor de la batería en Grünheide dependerá de que se den las “condiciones adecuadas”. Entre los factores que generan incertidumbre figuran el entorno laboral y sindical, especialmente ante la posibilidad de un mayor peso del sindicato IG Metall en el comité de empresa tras las elecciones previstas para marzo.
Mientras tanto, Tesla ya ha dado pasos intermedios. Hasta hace poco, la planta alemana utilizaba celdas LFP suministradas por CATL y celdas NCM de LG Energy Solution para el Tesla Model Y. Recientemente, se ha sabido que Tesla también ensambla paquetes de baterías en Grünheide utilizando celdas 4680 producidas por la propia compañía en Austin, Texas, una estrategia destinada a reducir la dependencia de proveedores externos.
Si finalmente se materializa, la producción de celdas en Grünheide supondrá un hito para Tesla en Europa, aunque lejos aún de las ambiciones iniciales anunciadas hace cinco años. El proyecto refleja tanto la voluntad de reforzar el control sobre la tecnología de baterías como la cautela ante un entorno económico, político y laboral cambiante.