Este motor ruso utiliza una tecnología que permite viajar por el espacio a velocidades espectaculares

La tecnología permite acortar el tiempo mínimo necesario para un viaje tripulado a Marte, logrando que la travesía se realice en tan solo 30 días, en lugar de los dos años actuales.

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El motor de plasma destaca por su potencia, eficiencia y velocidad.
22/05/2025 07:30
Actualizado a 22/05/2025 09:32

Un motor de plasma es un tipo de propulsor que utiliza un gas ionizado, llamado plasma, para generar empuje. En lugar de quemar combustible como en los motores tradicionales, este motor calienta y acelera el plasma mediante campos eléctricos y magnéticos. Al expulsar este gas cargado a gran velocidad se crea una fuerza que impulsa la nave en dirección opuesta, siguiendo el principio de acción y reacción.

Estos motores pueden lograr una eficiencia superior lo que resulta ideal para misiones espaciales de larga duración. Además, su funcionamiento genera menos residuos y emisiones nocivas, contribuyendo a un ambiente más limpio en el espacio. La aplicación de estos motores en satélites y sondas ha permitido explorar regiones lejanas del sistema solar con mayor economía y fiabilidad en comparación con los cohetes convencionales. Asimismo, se destaca por su gran versatilidad.

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Con este motor, una nave podría alcanzar una velocidad de 100 m/s.

El motor de plasma ruso: viajar a Marte en 30 días

La implementación de motores de plasma requiere de complejos sistemas de control y un profundo conocimiento de la física. Los avances actuales apuntan a que su empleo de forma habitual en vehículos espaciales harían posibles los viajes interplanetarios.

El prototipo de motor de plasma creado por científicos rusos podría revolucionar los viajes espaciales. Este avance está relacionado con los motores eléctricos, ya que ambas tecnologías comparten el objetivo de convertir la energía eléctrica en movimiento de forma más eficiente y sostenible. Así como los vehículos eléctricos están transformando el transporte en la Tierra, este nuevo motor podría acelerar misiones interplanetarias, conectando el futuro de la tecnología terrestre con la exploración espacial.

El prototipo en cuestión utiliza un acelerador magnético de plasma que funciona mediante un sistema de propulsión eléctrica con dos electrodos. Al aplicar un alto voltaje, las partículas cargadas se mueven y generan un campo magnético que impulsa el plasma fuera del motor, proporcionando el empuje necesario para alcanzar velocidades increíbles.

Con una potencia de 300 kW, este motor produce una fuerza de al menos 6 N y alcanza velocidades de hasta 100 km/s, una cifra que supera ampliamente los 4,5 km/s de los motores químicos tradicionales.

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Pruebas del prototipo del motor de plasma ruso en una cámara de vacío.

Para probar este motor, los científicos han instalado el prototipo en una cámara de vacío de 4 metros de diámetro y 14 metros de longitud, equipada con sistemas de bombeo de vacío y eliminación de calor que simulan las condiciones del espacio exterior.

Este tipo de motor ofrece numerosas ventajas frente a los motores convencionales. Su capacidad para acelerar pequeñas partículas de plasma permite alcanzar velocidades muy altas, haciendo posible viajar distancias enormes en el espacio. Debido a su eficiencia, el motor de plasma es ideal para misiones que requieren funcionar durante largos periodos sin necesidad de recargar combustible. Además, al utilizar procesos eléctricos, reduce considerablemente el desgaste de sus componentes y minimiza el riesgo de fallos mecánicos.

Gracias a este avance, el tiempo de viaje de la Tierra a Marte podría reducirse de casi un año a tan solo 30 o 60 días. Cabe destacar que, aunque en el mejor de los casos Marte se sitúa a 54,6 millones de kilómetros, la distancia media se calcula en 230 millones de kilómetros, lo que hace que cualquier reducción de tiempo sea crucial para la viabilidad de misiones espaciales prolongadas.

Este desarrollo no solo supone un gran salto en el ámbito de la exploración espacial, sino que también abre la puerta a innovaciones tecnológicas que podrían repercutir en otros sectores, como el de los vehículos eléctricos. Al igual que en la propulsión espacial, la eficiencia en la conversión de energía eléctrica en movimiento es esencial para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de los automóviles eléctricos.

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