El hidrógeno verde será una de las claves de la movilidad limpia del futuro. A diferencia de otros combustibles, se obtiene usando energías renovables como la eólica y la solar para producir, mediante electrólisis del agua, un vector energético que no genera emisiones. Su versatilidad permite emplearlo en pilas de combustible que alimentan motores eléctricos o incluso quemarlo en motores adaptados, sustituyendo a la gasolina y el diésel. Esta tecnología está llamada a complementar la expansión de los coches eléctricos a batería y abrir nuevas posibilidades para el transporte pesado y de larga distancia.
España reúne las condiciones para liderar esta transición: dispone de abundantes recursos naturales, una red eléctrica avanzada, políticas de apoyo y un tejido industrial capaz de escalar la producción. El reto ahora es impulsar la I+D+i con financiación estable para convertir esta ventaja en una industria sólida. Pero un competidor se acerca por el sur para complicar esta estrategia. Marruecos podría redefinir el mapa europeo del hidrógeno. España deberá reaccionar con políticas más ágiles y ambiciosas para no quedarse al margen de la futura economía del hidrógeno.

El amenazante proyecto marroquí
Marruecos ha dado un paso decisivo en su estrategia energética con el lanzamiento del proyecto Chbika, que aspira a convertir al país en un proveedor competitivo de hidrógeno verde para Europa. Ubicado en la región de Guelmim‑Oued Noun, junto a la costa atlántica sur, este plan contempla la instalación de 1 GW de capacidad solar y eólica que alimentará electrolizadores para producir 200.000 toneladas anuales de amoníaco verde, mediante electrólisis con agua de mar desalinizada.
La iniciativa está liderada por TE H2, una alianza entre TotalEnergies, EREN Groupe, Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) y A.P. Møller Capital, que también se hará cargo del desarrollo portuario asociado. Según Patrick Pouyanné, CEO de TotalEnergies, Marruecos dispone de los recursos renovables más competitivos y podría convertirse en un socio estratégico clave para Europa dentro del Pacto Verde.
El objetivo marroquí consiste en elevar al 52% la proporción de energía renovable en su matriz para 2030, actualmente en torno al 37,6%, y alcanzar una capacidad de producción limpia de 10 GW, suficiente para generar hasta un millón de toneladas de hidrógeno anual. Esta trayectoria permitiría al país superar en un 30% a España en producción de hidrógeno verde para 2050, y cubrir hasta el 5 % de la demanda europea.
El gobierno ha asignado cerca de un millón de hectáreas para estos proyectos, incluida una primera adjudicación de 300.000 ha, y estima que la inversión total superará los 30.000 millones de euros. Empresas españolas como Acciona y Moeve participan activamente en esta ofensiva, integrándose en consorcios como ORNX, orientados a la producción de amoníaco verde y combustibles sintéticos.

Exportar hidrógeno a Europa, la competencia con España
Este megaproyecto reafirma a Marruecos como un actor emergente clave en la transición energética global. Con acceso a tierra, viento, sol y agua desalinizada, busca convertirse en un hub verde low-cost capaz de abastecer a Europa. El desafío será mantener un equilibrio entre desarrollo industrial, sostenibilidad ambiental y respecto a territorios controvertidos como el Sáhara Occidental.
La posición geográfica de Marruecos, sumada a su riqueza en recursos eólicos y solares, plantea una competencia directa a España como hub de hidrógeno para Europa. Si los costes marroquíes resultan más competitivos, es probable que las grandes potencias industriales europeas vean en el reino alauí una fuente más eficiente y asequible antes de recurrir a proveedores ibéricos. Además, los retrasos administrativos en proyectos clave como los corredores H2Med o eólica marina podrían dejar a España en desventaja.

La colaboración entre Francia y Marruecos en infraestructuras estratégicas, como líneas ferroviarias de alta velocidad y proyectos energéticos, también despierta recelo en nuestro país. El respaldo ofrecido por el presidente Macron al plan marroquí, junto a 22 acuerdos bilaterales, refuerza la posición de Marruecos en el tablero europeo del hidrógeno verde.
España debe acelerar sus propios proyectos de hidrógeno renovable y desbloquear infraestructuras clave si no quiere perder terreno en la carrera por liderar la exportación energética limpia en el continente.