El proyecto suizo SolarStratos ha batido el récord de altura para un avión tripulado solar-eléctrico al alcanzar 9.521 metros sobre los Alpes del Valais. El vuelo despegó del aeropuerto de Sion y es, según el equipo, la mayor altitud lograda por un avión eléctrico alimentado por energía del sol.
La propia organización confirma que la misión duró 5 horas y 9 minutos, y que se realizó usando únicamente energía captada en vuelo, apoyándose en corrientes térmicas para optimizar el ascenso y el consumo. La FAI (Federación Aeronáutica Internacional) está revisando la validación oficial. El hito supera el registro anterior del Solar Impulse (9.235 metros de altitud).

Combina baterías con 22 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos
En lo técnico, el SolarStratos (HB-SXA) es un avión solar-eléctrico: usa motor eléctrico (no hay propulsor térmico) y combina baterías con 22 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos integrados en las alas, que aportan energía en vuelo y recargan la batería. Por eso, en la práctica, es correcto llamarlo eléctrico (por su sistema de propulsión) y solar (por su fuente energética a bordo). El propio proyecto se define como un “Stratospheric Solar Airplane” con motor eléctrico y baterías.
Aunque la misión buscaba altura y se voló en circuito local, la velocidad de crucero del avión rondó los 80 km/h. Con 5 horas y 9 minutos en el aire, el recorrido horizontal plausible se sitúa entre los 300 y 420 kilómetros, sin descontar los tramos de ascenso y planeo.
El equipo asegura que el récord se logró solo con energía captada en vuelo, de modo que el coste eléctrico fue en la práctica nulo. A modo de referencia, si ese mismo perfil se hubiera alimentado desde la red, con una batería de 20 kWh más un aporte solar de entre 15 y 25 kWh, el consumo total estaría entre 20 y 35 kWh. Con una tarifa doméstica media en Suiza, equivaldría a 6 francos suizos (6,40 euros al cambio actual), una estimación técnica sujeta al perfil de potencia y a las condiciones térmicas del día.
Más allá del titular, el valor del ensayo es operativo y de ingeniería: el aparato de gran alargamiento alar, pensado para volar muy eficiente combinó gestión energética, meteorología y estructura ultraligera para escalar en altura con seguridad. Durante el crucero, el piloto llegó a cruzarse con un avión comercial, imagen potente de la convivencia futura entre aviación convencional y plataformas eléctricas.

Este récord es importante, ya que además de fijar un hito europeo, SolarStratos demuestra que la aviación eléctrica-solar puede ganar techo y autonomía con diseños especializados, y sirve como banco de pruebas para tecnologías que luego pueden transferirse a misiones de observación, ciencia o formación, con costes operativos muy bajos y un impacto directo en la I+D europea.