Los avances tecnológicos en los vehículos, junto con la creciente preocupación por la reducción de la huella de carbono y la promoción de fuentes de energía sostenibles impulsan la sucesión de cambios regulatorios que afectan directamente a la movilidad.
Las modificaciones normativas deben adaptarse a esta situación, pero sin perder nunca de vista el escenario económico y social de cada territorio.
En este sentido, el pasado 26 de junio se publicó en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, el informe emitido por la Ponencia sobre el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, en el que se contempla el estudio por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) para la revisión de las etiquetas medioambientales, tras la presentación de una enmienda transaccional de Sumar, ERC, Bildu y BNG.
¿Cuáles son las actuales etiquetas medioambientales?
En la actualidad sigue vigente la clasificación ambiental basada en la emisión de contaminantes que clasifica los vehículos en:
- Etiqueta 0 emisiones, de color azul, a la que tienen derecho los eléctricos de batería (BEV), eléctricos de autonomía extendida (REEV), eléctricos híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía de 40 km o vehículos de pila de combustible.
- Etiqueta Eco, se trata en su mayoría de vehículos híbridos, gas o ambos. Tienen derecho a esta etiqueta eléctricos enchufables con autonomía inferior a 40 km, híbridos no enchufables (HEV), vehículos propulsados por gas natural y gas (GNC y GNL) o gas licuado del petróleo (GLP). Deben cumplir los criterios de la etiqueta C.
- Etiqueta C, de color verde, a la que tienen derecho turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de septiembre de 2015. También vehículos de más de 8 plazas, excluido el conductor, y pesados tanto de gasolina como diésel, matriculados desde 2014.
- Etiqueta B, amarilla, a la que tienen derecho turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas desde el 1 de enero de 2001 y diésel a partir de 2006. También vehículos de más de 8 plazas y pesados tanto de gasolina como diésel matriculados desde 2006.
El resto de los vehículos, el 50% más contaminante, no tiene derecho a ningún tipo de distintivo al no cumplir los requisitos para ser etiquetado como vehículo limpio.
¿Para qué sirven en la actualidad?
En la actualidad son un elemento clave para regular el acceso a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), cada vez más comunes en ciudades españolas. Permiten el acceso a ciertas zonas de acceso restringido y también pueden condicionar beneficios fiscales y otras ventajas, como el aparcamiento gratuito o descuentos en peajes.
Otro aspecto importante de estas etiquetas es a nivel de concienciación, haciendo que los usuarios sean más conscientes del tipo de vehículo que llevan en función de aspectos tales como sostenibilidad y medio ambiente.
Diferentes posicionamientos
Por supuesto, este sistema tiene muchos detractores y es muy criticado por algunos colectivos.
Una de las principales críticas, de carácter social, es que las etiquetas pueden beneficiar solo a aquellos que poseen vehículos más nuevos y tecnológicos, lo cual puede ser injusto para las personas con recursos limitados, esto crea desigualdades en el acceso a zonas de circulación restringida.
Por otra parte, hay argumentos en el sentido de que el sistema no refleja completamente el impacto real de los vehículos. Por ejemplo, ciertos coches con etiqueta ECO pueden aún emitir niveles significativos de contaminación mientras que otros con etiquetas similares pueden ser, incluso, más eficientes.
Al tratarse de un sistema relativamente novedoso no siempre se ajusta rápidamente a nuevas tecnologías o a cambios en las emisiones de los vehículos o a veces esta regulación no se aplica de manera efectiva en todas las ciudades.
Todos estos aspectos, junto con las trabas burocráticas puede hacer que los usuarios no entiendan claramente qué beneficios o restricciones implica su etiqueta y, consecuentemente, sentir que el sistema no aporta valor real.
El cambio previsto
En la actualidad, la DGT está revisando la clasificación con el fin de hacerla más rigurosa y realista. Esta revisión afectará a millones de conductores y busca alinear la política española con las directrices climáticas de la Unión Europea.
Aunque las modificaciones aún se encuentran en fase de revisión, los cambios que parecen perfilarse apuntan en la dirección de:
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Reclasificación de vehículos híbridos y diésel:
Solo los híbridos con alta autonomía eléctrica y bajas emisiones reales mantendrán su etiqueta Eco. Los diéseles deberán cumplir criterios más exigentes para conservar sus etiquetas actuales.
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Etiqueta Cero solo para eléctricos e hidrógeno:
Se excluirán los híbridos enchufables con baja autonomía, reservando la etiqueta únicamente para vehículos 100% eléctricos o de pila de combustible.
Estos cambios facilitarán la implementación de restricciones más estrictas en las zonas ZBE, ya que vehículos que anteriormente tenían acceso libre a áreas de bajas emisiones podrían perder ese privilegio, especialmente en ciudades con altos niveles de contaminación. Está previsto que el nuevo sistema, aún en desarrollo, se apoye en datos reales de uso del vehículo, como el consumo, el kilometraje en modo eléctrico y la generación de emisiones en condiciones de circulación habituales.
Otra novedad prevista es que las nuevas etiquetas no se colocarán físicamente en el vehículo, sino que estarán vinculadas digitalmente a la matrícula y podrán actualizarse en función del uso real, permitiendo una clasificación más precisa basada en datos telemáticos. Este sistema busca premiar el uso responsable en lugar de solo las características técnicas declaradas.
¿Cómo te afectan de forma directa?
Como conductor, debes estar atento a los cambios en el sistema de clasificación, ya que, si tu vehículo pierde su etiqueta actual, podrías enfrentarte a restricciones de acceso en zonas centrales de ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, además de perder beneficios en aparcamiento, peajes y ayudas económicas.
La valoración del mercado también puede verse afectada, ya que la reclasificación influye en el valor de reventa, especialmente si tu coche pierde ventajas por no cumplir los nuevos estándares.
A la hora de adquirir un coche nuevo, es recomendable evaluar el uso que le vas a dar y el entorno en que se moverá, considerando opciones eléctricas o híbridas con buena autonomía.
En definitiva, la mejor herramienta es mantenerse informado sobre las modificaciones normativas, aprovechar las ayudas vigentes que puedan ofrecerse desde el Estado o las Comunidades Autónomas. Se espera que la nueva clasificación ambiental aporte mayor precisión en la valoración medioambiental, contribuya a mejorar la calidad del aire y fomente la movilidad sostenible, acelerando la transición ecológica del parque de vehículos actual.