En España, hablar hoy de movilidad sostenible no es hablar del futuro: es hablar del presente. La transición hacia un modelo descarbonizado ya no es una opción, sino una necesidad urgente que nos interpela a todos: gobiernos, empresas y ciudadanos. Pero, más allá de la tecnología o los datos, lo que realmente está en juego es un cambio de mentalidad. Y ese fue precisamente el eje sobre el que giró la jornada organizada por Neutral In Motion, un foro que nos agrupa a las principales asociaciones del sector de la automoción y el transporte.
Bajo el título “La movilidad que nos une”, el encuentro se convirtió en un espacio de reflexión colectiva en torno a una idea sencilla, pero poderosa: la movilidad del futuro se construye sumando esfuerzos. En un contexto de cambio acelerado, donde la sostenibilidad marca la hoja de ruta, la cooperación entre todos los actores del sector se perfila como el único camino posible.
Porque la movilidad no se limita a vehículos eléctricos o infraestructuras de recarga. Hablar de movilidad es hablar de personas, de cómo se conectan los territorios, de cómo se garantizan las oportunidades y la igualdad de acceso. Colocar al ciudadano en el centro, con plena libertad de decisión y sin dogmatismos, es el primer paso para que la transición hacia una movilidad más limpia sea también más justa.
El reto de avanzar sin dejar a nadie atrás
La sostenibilidad se ha convertido en una palabra recurrente, pero es necesario llenarla de contenido real. La jornada sirvió para poner el acento en lo esencial: que esta transformación no puede dejar a nadie al margen. No existe un único modelo de movilidad válido para todos, y ese es uno de los grandes aprendizajes que emergieron del debate.
La electrificación es un pilar clave, pero su desarrollo debe acompasarse al ritmo de la sociedad. La movilidad sostenible no puede ser un privilegio ni una meta inalcanzable. Se trata de equilibrar ambición y realismo, de impulsar el cambio sin desconectarlo de la vida cotidiana y las necesidades de las personas. No basta con fabricar vehículos más eficientes y cero emisiones si no hay una red de recarga de acceso pública suficiente, incentivos claros, ágiles y políticas coherentes.
El reto, por tanto, es lograr una movilidad inclusiva, accesible, viable y de libre elección para el ciudadano. Y eso exige planificación, visión y una colaboración constante entre todos los actores implicados.
Cooperar para transformar
Si hubo una idea que se repitió con fuerza a lo largo de la jornada fue la de cooperar para transformar. El sector de la automoción y del transporte, tradicionalmente competitivo, entiende que el verdadero avance solo se producirá si se trabaja de forma conjunta. Fabricantes, asociaciones, redes de concesionarios, talleres, empresas de renting o rent-a-car y componentes, junto con las administraciones públicas, tienen ante sí la responsabilidad de construir una hoja de ruta común.
El objetivo no es solo alcanzar las metas de descarbonización exigidas por Europa, sino hacerlo de una manera que genere progreso social y acceso para todos y, al mismo tiempo, mantenga los valores industriales que han caracterizado a nuestro sector, generando inversión y empleo de calidad. Y para eso, la cooperación se convierte en una herramienta estratégica. Sin cohesión, no habrá transformación posible.
Desde Neutral In Motion insistimos en la importancia del diálogo permanente. Cada eslabón de la cadena -desde los fabricantes hasta el sector posventa, desde las empresas tecnológicas hasta las administraciones locales- tiene un papel irremplazable. Ninguno puede avanzar por su cuenta.
La movilidad también es cultura
Uno de los grandes retos que afronta el sector es el cultural. La movilidad sostenible no es solo una cuestión técnica, sino una forma distinta de entender el desplazamiento, la propiedad y el uso de los vehículos. Es aprender a moverse de otro modo, a compartir, a reparar, a reutilizar, a optimizar los recursos.
El sector posventa, por ejemplo, está demostrando que puede ser un aliado clave en esta nueva etapa gracias a la reutilización de componentes y la reparación inteligente. Por su parte, modalidades como el renting o el carsharing están facilitando a la ciudadanía el acceso a vehículos sostenibles sin necesidad de grandes inversiones iniciales. Todo esto configura un nuevo ecosistema donde la eficiencia se convierte en sinónimo de sostenibilidad.
Un compromiso que debe ser de todos
Más allá de los avances tecnológicos, lo que la jornada dejó claro es que la descarbonización solo será posible si se asume como un compromiso común. No basta con innovar: hay que hacerlo con un propósito compartido.
La movilidad del futuro en España dependerá de nuestra capacidad para cooperar, innovar y empatizar con las necesidades tanto del sector como del ciudadano; de nuestra habilidad para diseñar políticas que acompañen al ciudadano, y de nuestra voluntad de entender que la sostenibilidad no es un destino, sino un proceso en el que todos debemos participar.
La verdadera innovación no está solo en los vehículos cero emisiones ni en los nuevos modelos de negocio, sino en la capacidad del sector para trabajar unido por un objetivo común: una movilidad más limpia, más humana y conectada con las necesidades reales de las personas.
Porque, en definitiva, solo una movilidad que piense en las personas podrá decir que es realmente sostenible. Y solo si caminamos juntos, esa movilidad que nos une será también la que nos lleve hacia el futuro.