La industria automotriz mundial enfrenta una nueva amenaza que podría recordar los oscuros meses de la pandemia: una crisis global de semiconductores. En el centro del conflicto se encuentra Nexperia, un fabricante holandés de chips esenciales para los vehículos modernos, ahora atrapado en una escalada comercial entre Estados Unidos y China.
Todo comenzó cuando el Departamento de Comercio de EEUU incluyó en diciembre de 2024 a Wingtech Technologies, empresa matriz china de Nexperia, en su lista de entidades sujetas a restricciones comerciales. En respuesta, China prohibió en octubre las exportaciones de ciertos componentes fabricados por Nexperia y sus proveedores locales. La tensión escaló hasta el punto en que el Gobierno de Países Bajos intervino y tomó el control de Nexperia para proteger su cadena de suministro estratégica.
Un riesgo real para la producción automotriz global

Aunque poco conocida fuera del sector, Nexperia produce el 40 % de los chips automotrices en el segmento que abarca transistores y diodos, piezas críticas para la electrónica de los vehículos. Desde sistemas de frenado y gestión de combustible hasta ajustes de asientos o asistencia al conductor, ningún automóvil moderno puede completarse sin estos componentes.
Según John Bozzella, CEO de la Alliance for Automotive Innovation, “si el envío de chips automotrices no se reanuda rápidamente, la producción de coches en EEUU y otros países se detendrá, generando un efecto dominó en toda la industria”.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) también advirtió que el suministro actual solo durará unas pocas semanas y que reemplazar a Nexperia “tomaría meses”. Aunque las marcas han diversificado sus proveedores desde la última crisis, la dependencia sigue siendo alta.
Un escenario de impacto económico global

La falta de chips ya tuvo consecuencias devastadoras tras la pandemia, provocando cierres de plantas, retrasos en entregas y aumentos de precios. Hoy, la situación amenaza con repetirse.
En EEUU, el precio promedio de un coche nuevo superó los 50.000 dólares por primera vez, según los expertos en la materia. Si la disputa continúa, los costes podrían aumentar aún más, golpeando tanto a fabricantes como a consumidores.
Mientras tanto, los negociadores de ambos países buscan extender una tregua comercial, pero las tensiones tecnológicas, particularmente en el ámbito de los semiconductores, siguen marcando la pauta de la rivalidad entre Washington y Pekín.
Una cadena de suministro bajo presión
Con más de 12.500 empleados y 110.000 millones de chips enviados al año, Nexperia es un actor clave en la estabilidad de la industria automotriz global. Sin una resolución rápida, el mundo podría enfrentarse nuevamente a una tormenta perfecta: alta demanda, baja producción y precios en aumento.
Como concluye Sigrid de Vries, directora general de ACEA: “De repente nos encontramos en una situación alarmante. Realmente necesitamos soluciones rápidas y pragmáticas de todos los países involucrados”.