Francia suplica a Europa una “clara preferencia” ante China, y se une a Alemania en la petición de alargar la vida a los motores de combustión

París reclama que los vehículos eléctricos fabricados en Europa reciban un trato preferente y pide flexibilizar los objetivos climáticos para evitar la pérdida de empleo industrial.

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El Gobierno francés considera necesario proteger especialmente la industria local.
05/12/2025 08:00
Actualizado a 05/12/2025 08:00

El Gobierno de Francia ha solicitado que la revisión de la normativa sobre emisiones de CO2 incorpore una “clara preferencia europea” que proteja a los fabricantes del continente. Según los ministros franceses de Industria y Transición Ecológica, la Unión Europea debe establecer un trato preferente para los vehículos eléctricos que cumplan criterios de producción local, con el objetivo de dar mayor flexibilidad a los fabricantes que apuestan por mantener sus cadenas de valor dentro de Europa.

La posición francesa llega en un momento decisivo, cuando Bruselas ultima una actualización de los objetivos climáticos para 2035. París defiende que la transición ecológica debe ir acompañada de una estrategia industrial sólida que evite que el Viejo Continente pierda empleos y competitividad frente a competidores extracomunitarios, especialmente de China y otras partes de Asia.

“No se trata de cerrar el mercado, sino de restablecer la igualdad”

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París apunta a la pérdida de miles de empleos si no se actúa de la manera que considera adecuada.

Los ministros franceses insisten en que Europa debe proteger proporcionalmente a su industria del automóvil, especialmente a los proveedores más vulnerables al cambio tecnológico. El mensaje es claro: no buscan proteccionismo absoluto, sino corregir lo que consideran una competencia desleal.

“El 75% del conocimiento técnico y de los componentes de los actuales vehículos de combustión se produce en Europa”, recordó el Gobierno. “Las ambiciones industriales para el vehículo eléctrico no pueden ser menores sin poner en riesgo decenas de miles de empleos”.

Francia teme que, sin medidas de apoyo específicas, la electrificación impulse aún más la entrada masiva de vehículos fabricados en China y dificulte la supervivencia de fabricantes y proveedores europeos.

Apuesta por una producción europea del valor añadido clave

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Francia se une así públicamente a Alemania en la solicitud de flexibilidad de la normativa de emisiones.

El Ejecutivo galo propone que la normativa priorice la fabricación en suelo europeo de los principales elementos estratégicos del vehículo eléctrico: baterías, motores eléctricos, electrónica y componentes de alto valor añadido. Este enfoque, aseguran, debe negociarse estrechamente con la industria y aplicarse de forma pragmática para no ralentizar la transición.

Los ministros también defienden flexibilidad tecnológica en el marco de los objetivos de 2035, siempre que vaya acompañada de incentivos financieros que permitan mantener y expandir cadenas de valor competitivas en Europa.

Ajustes en los objetivos y un pequeño coche eléctrico europeo

Francia considera imprescindible adaptar los objetivos de descarbonización para los vehículos industriales ligeros. Propone un “alisamiento” en un periodo de cinco años para evitar que las metas climáticas resulten inalcanzables en un mercado que avanza de forma desigual.

Además, París reclama acelerar las iniciativas de la Comisión Europea destinadas a crear un “pequeño vehículo eléctrico europeo”, un segmento cuya ausencia está dejando espacio a modelos importados con precios muy competitivos.

La ministra de Transición Ecológica, Monique Barbut, subrayó que asumir una preferencia europea es clave para que la transición ecológica sea “posible, aceptable y accesible”. Por su parte, el ministro de Industria, Sébastien Martin, pidió que Bruselas envíe una señal clara el próximo 10 de diciembre: “Producir en Europa debe volver a ser una ventaja”.