Cada vez más coches terminan declarados siniestro total tras sufrir un accidente, incluso cuando los daños aparentes no parecen especialmente graves. Según un nuevo informe del sector asegurador elaborado por CCC Intelligent Solutions en Norteamérica, casi uno de cada cuatro vehículos implicados en un siniestro acaba siendo considerado pérdida total, una tendencia al alza que responde a cambios estructurales en la industria del automóvil y no a un aumento de la siniestralidad. Y los motivos se pueden extrapolar a cualquier territorio, incluido España.
El estudio revela que la frecuencia de siniestros totales pasó del 22,1% en 2024 al 22,8% en 2025, un incremento de 0,7 puntos porcentuales en solo un año. Si el ritmo observado durante el tercer trimestre se mantiene, 2025 podría cerrar con el mayor porcentaje de coches declarados siniestro total jamás registrado.
Un parque móvil cada vez más envejecido

Uno de los factores clave detrás de este fenómeno es la edad de los vehículos. Más del 72% de las valoraciones de siniestro total corresponden a coches con siete años o más de antigüedad. A medida que el valor residual de estos vehículos disminuye, cualquier reparación de cierto calibre puede superar rápidamente el umbral económico que las aseguradoras consideran viable.
En la práctica, esto significa que un golpe moderado en un coche antiguo puede resultar más caro de reparar que indemnizar al propietario por el valor total del vehículo en ese momento, lo que acelera su retirada del mercado.
Tecnología que encarece reparaciones aparentemente simples
A este factor se suma la creciente complejidad tecnológica de los automóviles modernos. Sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), sensores, radares, cámaras y componentes electrónicos están cada vez más integrados en elementos como paragolpes, parabrisas o retrovisores.

Lo que antes podía resolverse con la sustitución de una simple pieza ahora implica diagnósticos electrónicos, calibraciones y, en muchos casos, componentes mucho más caros. Según el informe, cerca del 88% de las peritaciones en talleres asociados incluyen escaneos de diagnóstico, y el 36% requiere calibraciones específicas para garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad.
Reparaciones más caras y primas al alza
El impacto económico no se limita a los vehículos declarados siniestro total. Incluso en los coches que se reparan, los costes han aumentado. Hasta el tercer trimestre de 2025, el coste medio de reparación pasó de 4.700 a 4.768 dólares en Estados Unidos, una subida que contribuye directamente al encarecimiento de las primas de seguro.
Además, los gastos médicos asociados a los accidentes también están creciendo, con tratamientos más caros y reclamaciones por lesiones que aparecen antes en el proceso de indemnización.
Un efecto dominó en todo el sector
Las consecuencias de esta tendencia afectan a todo el ecosistema del automóvil. Las aseguradoras ven tensionados sus modelos de costes, los talleres afrontan reparaciones más complejas y prolongadas, y los concesionarios se enfrentan a una mayor demanda de vehículos de sustitución, especialmente en el mercado de ocasión.
Para los conductores, cada coche declarado siniestro total supone la necesidad de encontrar un reemplazo en un contexto de precios elevados y seguros más caros. Un escenario que, según los expertos del sector, no parece que vaya a cambiar a corto plazo mientras la tecnología siga avanzando y el parque automovilístico continúe envejeciendo.