El absurdo de “mover 1.500 kg para desplazar menos de 100”: Pere Navarro, director de la DGT, defiende el uso compartido del coche

El dirigente asegura que “mover cada día un coche para transportar a una sola persona es un lujo” que se soluciona aumentando la ocupación de cada vehículo: “un reto y una necesidad”.

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Pere Navarro, Director de la DGT, asegura que el coche será compartido o no será.
30/12/2025 09:00
Actualizado a 30/12/2025 09:00

El director general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha lanzado un mensaje contundente sobre el uso del automóvil privado en los desplazamientos diarios: “no nos podemos permitir mover cada día 1.500 kilos para desplazar a una sola persona”, afirmó en el foro Global Mobility Call celebrado recientemente en Madrid.

Con estas palabras, Navarro ha puesto en el centro del debate público la necesidad de repensar la forma en que los conductores utilizan sus vehículos, especialmente en las grandes ciudades, donde el tráfico rodado continúa siendo uno de los principales factores de congestión, contaminación y pérdida de tiempo para millones de personas.

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Los carriles VAO tratan de favorecer el uso compartido de los vehículos.

Un uso individualista del coche bajo la lupa

Según datos oficiales compartidos por Tráfico, casi el85 % de los coches que acceden cada día al centro de grandes capitales como Madrid o Barcelona circulan con un único ocupante, una proporción que, a juicio de Navarro, es “insostenible” desde el punto de vista medioambiental, social y económico.

Aunque España experimenta un crecimiento importante de las ventas de vehículos eléctricos e híbridos, Navarro ha insistido en que la gestión de la movilidad urbana no puede limitarse al debate sobre qué tipo de motor impulsa un vehículo si no se aborda también cómo se utilizan. “El futuro de nuestras ciudades se juega en el terreno de la movilidad”, señaló durante su intervención, subrayando que la ocupación media por vehículo es uno de los indicadores clave para evaluar la eficiencia del transporte en los entornos metropolitanos.

Los efectos del uso individual del coche son múltiples. Además de contribuir a la congestión en horas punta, Navarro ha recordado que este patrón de uso se traduce en más emisiones de CO₂, mayor consumo de recursos energéticos y un impacto negativo en la calidad del aire en áreas densamente pobladas.

Una de las afirmaciones que ha generado más resonancia en los últimos días es la declaración de Navarro de que “los coches en el futuro serán compartidos o no serán”, una frase que sintetiza la postura de la DGT frente a un modelo de movilidad individual que considera ineficiente.

Esta expresión no constituye una propuesta normativa concreta es decir, no implica multas automáticas o prohibiciones actualmente en estudio, pero sí representa una orientación política clara: incentivar el uso compartido del vehículo como una alternativa viable para aliviar la presión que generan los desplazamientos diarios.

La idea de promover la ocupación alta de los coches no es nueva ni exclusiva de la DGT. En varios países europeos se han puesto en marcha iniciativas como carriles reservados para vehículos de alta ocupación (VAO), descuentos en peajes o incentivos fiscales para quienes viajen con más de un ocupante, medidas que pretenden reducir el número de coches en circulación en momentos críticos. En Francia, por ejemplo, algunas aglomeraciones han experimentado con carriles VAO en circunvalaciones urbanas durante las horas punta, obligando a que los coches que utilicen esos carriles lleven al menos dos ocupantes.

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Además de tecnologías limpias, la movilidad urbana debe incidir sobre la forma de uso de los vehículos.

El planteamiento de Navarro no se basa únicamente en cuestiones de congestión, sino que también se alinea con los objetivos de descarbonización y de reducción de emisiones establecidos por la Unión Europea.

Aunque la electrificación del parque automovilístico es esencial para cortar la dependencia de los combustibles fósiles, la eficiencia en el uso del espacio viario y la energía también depende de cuántas personas viajan por vehículo.

Movilizar 1.500 kilos para trasladar a una sola persona, argumenta el director de Tráfico, es “un lujo que la sociedad moderna no se puede permitir” en un contexto en el que las ciudades tienen que gestionar recursos limitados y retos medioambientales cada vez más severos.

Los beneficios potenciales de una mayor ocupación de los vehículos son significativos: menos coches en circulación significa menos atascos, menor consumo energético total por pasajero transportado, menos emisiones contaminantes por persona y una menor presión sobre infraestructuras urbanas saturadas. Esto, a su vez, puede incrementar la atractividad económica de las ciudades y mejorar la calidad de vida urbana, según los argumentos esgrimidos por la DGT.

No existe actualmente una ley que multará automáticamente a quienes viajen solos, aunque algunos medios y campañas en redes sociales hayan divulgado erróneamente ese extremo. Las declaraciones de Navarro han sido mal interpretadas en ocasiones como una futura sanción directa, cuando en realidad se trata de una orientación estratégica y un llamado a un cambio cultural en cómo se planifica y se utiliza la movilidad urbana.