El CEO de una de las mayores redes de recarga de coches eléctricos explica por qué las tarifas de carga son tan complejas

Recargar un coche eléctrico en una estación pública no tiene un precio único para todos los usuarios. Las tarifas pueden variar según suscripciones, registros previos o acuerdos con operadores.

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Ionity dispone de unas 750 ubicaciones en 24 países.
06/05/2025 08:00
Actualizado a 06/05/2025 08:00

Dar el salto de un coche de combustión a un coche eléctrico implica cambios que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, el tiempo empleado en realizar el reportaje o carga del coche, el estilo de conducción para optimizar al máximo la energía o, incluso, conocer las tarifas de recarga de los coches eléctricos.

Electrive ha tenido oportunidad de entrevistar a Jeroen van Tilburg, CEO de Ionity, con el que han tratado sobre una amplia variedad de temas, entre ellos este aspecto, que puede resultar muy confuso para un primerizo en el mundo de los coches eléctricos.

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Ya han alcanzado 5.000 puntos de carga

La mejor solución posible en la actualidad

El medio pone de manifiesto como, acostumbrados a repostar gasolina o diésel, donde el precio es que el se puede ver en la estación de servicio, los conductores pueden verse superados por las estructuras de precios más complejas de la recarga eléctrica.

Ponen como ejemplo Alemania. Allí, el coste es de 69 céntimos sin registro, 65 céntimos con registro y prepago, 49 céntimos por una suscripción simple con una cuota mensual básica y 39 céntimos por una suscripción superior. Se cuestionan si no es algo demasiado complicado para un usuario estándar.

Ante eso, van Tilburg explica que “es un camino que aún estamos recorriendo. Alcanzar la madurez y simplicidad de una red de gasolineras lleva tiempo. Pero incluso haciendo esa comparación, diría que no es perfecta: aún existen diferencias en los precios del combustible que mucha gente no comprende del todo. ¿Por qué cuesta más repostar en la carretera que fuera de ella? Así que, incluso en ese caso, determinar los precios no es tan sencillo como parece”.

Comenta que “todavía somos una industria nueva con enormes inversiones iniciales que debemos intentar recuperar. Actualmente, la mejor manera que todos hemos encontrado es a través de modelos de suscripción. Y tratamos de mantenerlos lo más limitados posible”.

Aunque considera que lo que está por venir es prometedor: “Visualizo un futuro en el que podamos ofrecer precios dinámicos en tiempo real, dependiendo de los bajos costos de energía cuando sople el viento o brille el sol. Pero eso requiere grandes inversiones en nuestros sistemas para lograr una mayor integración con el mercado energético. Esa es la visión hacia la que trabajamos”.

Así, sentencia: “Reconocemos que aún puede resultar abrumador y confuso para muchos conductores, pero con los cuatro modelos que ofrecemos, creemos que ya hemos simplificado las cosas significativamente. Aún no está al nivel del negocio de las gasolineras, pero llevan varias décadas en el mercado. Y tienen una alta utilización de las estaciones, porque todavía hay más vehículos de combustión interna en circulación que vehículos eléctricos. Así que, para mí, es cuestión de tiempo”.

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La dificultad de ampliar la red varía según el país.

Una red en continua expansión

La infraestructura de recarga es otro aspecto que preocupa a los potenciales compradores de coches eléctricos, aunque ésta aumenta de manera constante e Ionity es una de las que tiene una red más extensa.

Actualmente, la compañía dispone de 750 ubicaciones repartidas en 24 países, con 5.000 puntos de carga. En 2021, Ionitu anunció que llegaría a 1.000 ubicaciones en 2025. “Actualmente, estamos añadiendo un promedio de 125 nuevas ubicaciones al año a nuestra red. Si bien esto no se ajusta del todo a los objetivos que nos fijamos hace unos años, sí coincide con el ritmo actual de adopción de vehículos eléctricos”, explica el directivo.

Al mismo tiempo, señala que no es igual de fácil ampliar la red en unos lugares y otros: “Estos desafíos varían de un país a otro. Muchos cuellos de botella son bien conocidos. Los procesos de permisos se han vuelto más difíciles con los años en muchos países. También enfrentamos problemas en la cadena de suministro durante la COVID-19. Numerosos desafíos nos han impedido cumplir plenamente con esa ambición”.

La siguiente pregunta surgía sola: ¿cuáles son los países que lo ponen más fácil para construir estaciones de carga y cuáles son todo lo contrario? Su respuesta no deja en buen lugar a España.

“El mercado alemán presenta desafíos particulares, empezando por los operadores de la red. Hay cientos de operadores diferentes en Alemania, por lo que constantemente tenemos que adaptarnos a requisitos ligeramente diferentes. No es de extrañar que Alemania no sea conocida por sus rápidos procesos de permisos. Esto no ayuda, pero cada país es único”, señala.

“Tomando como ejemplo los Países Bajos, mi país natal: hace seis años, conseguir una conexión a la red solo tardaba unos tres meses. Era conocido como uno de los países con el despliegue más rápido. Hoy en día, se tarda hasta 2028 o 2029 en conseguirla”, añade.

Considera que “Francia es relativamente conveniente desde la perspectiva de la red. Operan su red con solo unos pocos operadores”, pero que “los procesos de permisos en España, en cambio, son un completo caos”.