La Unión Europea y Estados Unidos han formalizado un acuerdo comercial que pone fin a la creciente tensión arancelaria. A partir del 1 de agosto, las exportaciones europeas, entre ellas las de los automóviles, semiconductores y productos farmacéuticos, quedarán sujetas a un arancel máximo del 15% en Estados Unidos, lo que supone un alivio frente al 27,5% vigente para el sector automovilístico.
Para que esta reducción se aplique de forma retroactiva, Bruselas deberá presentar una legislación que elimine las tarifas sobre los productos industriales estadounidenses y otorgue acceso preferente al mercado europeo a algunos productos agrícolas y pesqueros estadounidenses. El Vicepresidente de la Comisión, Maroš Šefčovič, enfatizó que el acuerdo restablece estabilidad y previsibilidad para la industria europea y podría consolidarse como base de una cooperación transatlántica más profunda.

Bajo sus condiciones, Donald Trump está dispuesto a reducir los aranceles a los coches europeos al 15%.
Vehículos eléctricos y sus componentes: obligaciones solo para la UE
Para el sector de los vehículos eléctricos y sus componentes, el arancel del 15% supone un respiro significativo frente al 27,5% anterior. Sin embargo, depende de la contraprestación de la UE: eliminar aranceles sobre productos estadounidenses e impulsar el acceso preferente a su mercado doméstico.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) acogió la noticia con alivio, aunque pidió que se vayan eliminando barreras al comercio más allá de los aranceles. Hasta que se aprueben los cambios europeos, el comercio automovilístico permanece en compás de espera.
Aunque el arancel general del 15% se extiende también a semiconductores, productos farmacéuticos y madera, la negociación deja estas industrias en una situación ambigua. Estados Unidos se reserva la posibilidad de aplicar tarifas superiores si no recibe productos bajo sus estándares regulatorios. Además, la Comisión Europea se ha comprometido a realizar compras masivas de chips de IA por valor de 40.000 millones de euros, aunque también restringe su reexportación a terceros países como China.

Alcances y limitaciones del pacto
El texto garantiza reducciones arancelarias en múltiples sectores, incluida la automoción. No obstante, para que se materialicen, la UE debe actuar con rapidez legislativa.
Además, el pacto estipula compras europeas de gas, petróleo, energía nuclear y equipamiento militar estadounidense por cientos de miles de millones de euros hasta 2028, contrapeso claro a las concesiones comerciales.
Para los fabricantes europeos de vehículos eléctricos, este acuerdo podría traducirse en precios más competitivos en el mercado estadounidense. Se estima que la reducción del arancel desde el 27,5% hasta el 15% podría suponer un ahorro de hasta 6.300 millones de euros en exportaciones de automóviles.
Sin embargo, la necesidad de reequilibrar en el plano legal exige que la UE acelere su legislación interna para garantizar la aplicación plena del acuerdo. Si no, el beneficio corriendo el riesgo de diluirse por retrasos políticos.