Jaguar Land Rover (JLR) ha admitido ser víctima de un ciberataque, sumándose a la lista de grandes empresas británicas que han sido blanco de criminales informáticos en los últimos seis meses. El incidente, que comenzó el domingo, ha causado una “severa interrupción” en la producción de vehículos, obligando a cerrar temporalmente la planta de Halewood, en Liverpool, donde se fabrica el popular Range Rover Evoque.
En un comunicado, un portavoz de JLR confirmó que, al detectar el ataque, tomaron “medidas inmediatas para mitigar su impacto, cerrando proactivamente nuestros sistemas”. La compañía ahora trabaja a contrarreloj para reactivar sus operaciones globales de manera controlada.
Impacto en la producción y seguridad de datos

El ataque se produce en un momento crítico para las ventas de automóviles en el Reino Unido, ya que septiembre marca el inicio del nuevo registro de vehículos. La firma no ha podido proporcionar un calendario preciso sobre el tiempo que tardarán en reanudar la producción.
Aun así, JLR ha intentado tranquilizar a sus clientes, afirmando que “en esta etapa no hay evidencia de que se haya robado información de clientes”. Se sospecha que los ciberdelincuentes buscaban extorsionar dinero a la multinacional, de manera similar a los ataques sufridos recientemente por grandes minoristas como M&S y Co-op.

Aunque ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque, expertos en ciberseguridad señalan que este incidente pone de manifiesto una vulnerabilidad crítica en la industria moderna. Dray Agha, de la firma de seguridad Huntress, explicó que un solo ataque a un sistema de TI puede detener una línea de producción multimillonaria, lo que tiene un impacto directo en las ventas.
Agha subrayó que las empresas pueden protegerse mejor implementando “firewalls digitales” entre las redes de producción y otros sistemas informáticos. Esta segmentación es clave para contener un ataque y evitar que un único punto de fallo paralice toda la operación.
Otro golpe para JLR
Este ciberataque es un revés más para el fabricante británico, que ya venía enfrentando desafíos significativos. Recientemente, la marca Jaguar recibió una recepción negativa por su cambio de imagen, y la empresa reportó una caída del 49% en sus ganancias trimestrales debido al impacto de los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El ciberataque se suma a estos problemas, complicando la situación de una de las firmas más icónicas del Reino Unido.