Las baterías de los coches eléctricos son caras, eso es un hecho indiscutible. Tanto es así que alrededor del 40% del coste de un vehículo se atribuye a este componente. Precisamente por este motivo, hasta que las baterías no reduzcan significativamente su coste de producción y precio de venta, los modelos eléctricos pueden ser realmente asequibles. Ahora, un nuevo estudio realizado por el Consejo Internacional sobre Transporte Limpio ha confirmado este hecho y ha dado fecha para la ansiada equiparación de precios entre coches eléctricos y térmicos con motor de gasolina.
Las materias primas que, en términos generales, componen una batería son el litio, el níquel, el manganeso, el cobalto y el grafito. Estos componentes han aumentado su precio en los últimos años, ya que la demanda ha crecido significativamente. Uno de los elementos más demandados es el litio, al que se le apoda habitualmente como oro blanco, de ahí que cada vez más países preparen proyectos para su extracción y explotación.
El precio del litio como clave para el coste de las baterías
Ante esta situación, España cuenta con varios proyectos sobre la explotación de litio. También Portugal. El país vecino, de hecho, firmó hace un par de años la construcción de la planta de tratamiento del litio más grande de Europa.
El mencionado estudio realizado por el Consejo Internacional sobre Transporte Limpiose centra en datos de Estados Unidos, uno de los países con más potencial en la extracción de este material. A día de hoy, posee numerosos proyectos de este tipo. Tanto es así que, en la actualidad, representa el 2% del suministro mundial de litio, pero se calcula que para 2032 crecerá hasta el 17%.
Tanto en Norteamérica como en el resto del mundo, para el 2032 se espera que se hayan realizado todos los proyectos presentados a día de hoy y que están a la espera de ser una realidad. Los pronósticos apuntan a que dicho año la oferta de litio será mayor que la demanda, lo que provocará su ansiada bajada de precios.
No obstante, esta circunstancia se tendría que dar también sobre otros materiales críticos como el níquel, manganeso o grafito, entre otros. Si esta tormenta perfecta se diese, las baterías para coches eléctricos dividirían por dos su precio de venta actual, resultando en unos vehículos notablemente más asequibles para el comprador final. Concretamente, el precio actual ronda los 122 dólares por kWh; para el año 2027 se espera que se sitúe alrededor de los 91 dólares el kWh, mientras que en 2032 debería situarse sobre 67 dólares el kWh.
Según el estudio, este coste en la batería hará que, hacia 2028, un vehículo eléctrico promedio con unos 500 kilómetros de autonomía costará lo mismo que un coche de gasolina equivalente. Para el 2032, ya será más barato un cero emisiones que su alternativa térmica.
A día de hoy, y con vista a los próximos años, se espera la llegada de una oleada de coches eléctricos de menos de 25.000 euros. Tales como el Citroën ë-C3, que empezará con sus entregas en las próximas semanas; el nuevo Renault 5, que se presentará en unos días, así como el Volkswagen ID.2 o el futuro Tesla Model 2. Todos ellos (o sus modelos eléctricos equivalentes) de darse las circunstancias expuestas en el estudio, deberán reducir sus precios significativamente para comienzos de la próxima década.
