Las ramas de los grupos automovilísticos chinos son tan extensas que en ocasiones es fácil desubicarse y no saber a quién corresponde qué. Farizon es una marca de furgonetas eléctricas que forma parte del Grupo Geely, pero comercializa sus vehículos también fuera de su país natal, incluido España. Ahora saca pecho de cómo la Farizon SV demuestra alrededor del mundo como cumple en los retos más exigentes de autonomía.
De manera prácticamente paralela la furgoneta ha participado en una prueba multiterreno de cinco días en el Reino Unido y en una prueba de resistencia a gran altitud en la ruta Qinghai–Gansu, en China.

Más que la autonomía homologada en Reino Unido
En cuanto a sus andanzas por Gran Bretaña, una flota conformada por varios ejemplares del SV participó, entre los días 1 y 5 de septiembre, en el GREENFLEET Explorer EV Rally. Aunque lleve ese nombre, el objetivo de la prueba es comprobar la autonomía real de los vehículos eléctricos y es considerada como uno de los test de validación de autonomía más exigentes que se realizan actualmente.
El trayecto de cinco días se extiende a lo largo de 1.043 millas, 1.678 km, con la peculiaridad de que el recorrido se desarrolla en todo tipo de escenarios, buscando ver cuál es el rendimiento real de los modelos eléctricos que participan tanto en situaciones que les son más favorables como en los que no. Discurre tanto por autopistas como por carreteras secundarias, así como atravesando núcleos urbanos. Además, tratándose del Reino Unido, los participantes se enfrentan a temperaturas moderadas, lo que es bueno para la conservación de sus baterías, y lluvias persistentes.
De las distintas unidades de la Farizon SV que participaron, destacaron los resultados de dos de ellas, que llegaron a superar los datos oficiales de autonomía certificadas por WLTP, además de otra, que era la versión L1H1, y logró un 92,5 % de cumplimiento.
Profeta en su tierra
En China la Farizon SV se enfrentó a la prueba de resistencia en la meseta Qinghai–Gansu, que es considerada como una de las regiones más exigentes del país por la altura a la que se encuentra, ya que se mueve en altitudes de entre 1.500 y 4.500 metros sobre el nivel del mar. En su caso el recorrido era de 462 km, desde Lanzhou hasta Zhagana, a través de autopistas y carreteras nacionales.
Lo interesante de este reto radica en las condiciones en las que se lleva a cabo. Se busca analizar la autonomía y rendimiento en uso real del vehículo eléctrico, así que ponen condiciones acordes a ello: a bordo llevaba a tres ocupantes, además de 368 kg de carga, y el climatizador estuvo siempre encendido a 26 grados, un desafío extra por las bajas temperaturas que hay en la región. Incluso en esas circunstancias, logró una tasa de cumplimiento de autonomía del 82,5 %.
Entre las claves del modelo para conseguir llegar más lejos hay dos elementos especialmente destacados. Por un lado, tiene una construcción ultraligera que reduce el peso en un 13 %, lo que permite al vehículo ser más eficiente. Por otro, monta una batería CATL de gran tamaño, con una capacidad de 106 kWh, para poder ofrecer autonomías amplias incluso cuando va cargado.
