Según un estudio reciente realizado por Solera, compañía especializada en el ciclo de vida del automóvil, el 42% de los vehículos que circulan actualmente por nuestras carreteras tiene más de 15 años, una cifra que contrasta drásticamente con la situación de hace dos décadas, cuando este porcentaje apenas alcanzaba el 4%.
Una flota envejecida y a la cola de Europa
En los últimos 20 años, el parque automovilístico español ha envejecido de forma alarmante. Este fenómeno no sólo afecta a la seguridad vial y al medioambiente, sino también a la competitividad del sector automovilístico nacional. España comparte esta problemática con Portugal y se sitúa entre los países con una de las flotas más antiguas de Europa. Mientras en Bélgica, por ejemplo, el número de vehículos nuevos dobla al español, sólo 4 de cada 100 coches matriculados en España son recientes.

Este envejecimiento no es casual. Muchos conductores prolongan la vida útil de sus vehículos, que antes eran retirados a los 15 años y ahora permanecen en circulación durante más de 20 años.
Impacto en el sector posventa y en los talleres
La falta de renovación también afecta a sectores vinculados al automóvil, como los talleres. El informe de Solera señala que alrededor de 5 millones de coches aún circulan con la matrícula provincial antigua, muchos de ellos sin la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en regla, ya que sus propietarios son conscientes de que no cumplirían con los requisitos mínimos.
Este parque irregular representa unas pérdidas estimadas de 957 millones de euros anuales en el sector de la posventa, al dejar de realizarse mantenimientos, reparaciones y servicios básicos.
Solera define esta situación como una especie de "japonización" del mercado, en referencia a un ciclo económico estancado, con vehículos envejecidos y sin estímulos suficientes para revitalizar el sector.
Los vehículos antiguos no generan ingresos suficientes

Aunque los coches con más de 15 años suponen casi la mitad del parque español, no son los que más acuden a los talleres. Apenas el 18% de estos vehículos se revisa por daños en la carrocería, y solo el 31% lo hace por problemas mecánicos.
En contraste, los coches de menos de cinco años, que hoy en día representan el 23% de las visitas a los talleres, generan un impacto mucho mayor: uno de cada dos euros facturados en trabajos de chapa y pintura proviene de estos vehículos, al igual que casi uno de cada tres euros en reparaciones mecánicas.
Hace 20 años, este grupo de vehículos nuevos suponía el 53% del parque español, pero su presencia ha caído drásticamente debido a factores económicos.
Precios al alza y ayudas insuficientes
El encarecimiento generalizado del coste de vida, y en especial de los automóviles, unido a unos salarios que no han crecido al mismo ritmo, ha dificultado la renovación del parque. A esto se suma el escaso efecto del Plan Moves, el programa estatal de ayudas para la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, que no ha logrado dinamizar el mercado como se esperaba.
Desde el sector se reclama una revisión y mejora de estos incentivos, con el objetivo de facilitar el acceso a vehículos más sostenibles y reducir la antigüedad media del parque automovilístico, que hoy representa una seria amenaza tanto para la economía del sector como para la seguridad vial y el medioambiente.