Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha dado bastantes bandazos respecto al coche eléctrico. De ser su enemigo declarado, pasó a apoyarlo cuando tenía a Elon Musk a su lado, para volver a su posición inicial después. Esto ha culminado en el anuncio de la reducción de las normas de ahorro de combustible aplicadas por su predecesor, Joe Biden, argumentando que así se conseguirá producir coches más baratos para los ciudadanos americanos. El CEO de Ford, Jim Farley, ha aplaudido la decisión.
Antes de que se anunciara la medida el pasado jueves, según recoge Fox, ya declaró: “Como el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, apreciamos el liderazgo del presidente Trump al adaptar los estándares de ahorro de combustible a las realidades del mercado. Podemos lograr avances reales en materia de emisiones de carbono y eficiencia energética, a la vez que ofrecemos a los clientes opciones y precios asequibles. Esto beneficia tanto a los clientes como al sentido común”.
Una decisión de sentido común
Durante el anuncio de Trump, Farley fue uno de los CEO de compañías automovilísticas americanas que estuvieron presentes, apoyándole: “Creemos que la gente debería poder elegir, como usted dijo, señor presidente. Y vamos a invertir más en vehículos asequibles. Esto nos permite invertir en vehículos asequibles fabricados en EE. UU., algo en lo que lideraremos y que nos permitirá hacer vehículos más baratos”.
“Lo que deben saber es que esta es una victoria para la asequibilidad y el sentido común. Como dijo el presidente, podremos ofrecer mayor asequibilidad en nuestros modelos populares y lanzar nuevos vehículos fabricados en Estados Unidos que sean más asequibles gracias a este cambio de normativa”, añadía.
A vueltas con la normativa CAFE
La normativa CAFE, Corporate Average Fuel Economy, lleva activa en Estados Unidos desde 1975 y lo que hace es establecer los límites máximos de emisiones medias que puede tener la flota de cada marca. Por tanto, lleva mucho tiempo existiendo, pero la administración Biden hizo que los requisitos fueran mucho más estrictos durante su mandato: la subió un 8 % en 2024 y 2025, y tenía el objetivo de llegar al 10 % en 2026.
Es algo que prácticamente obligaba a la venta de coches eléctricos o, como mínimo, de híbridos enchufables, que no son muy demandados en Estados Unidos y que, además, son bastante más caros que los modelos de gasolina. Es algo con lo que muchas marcas no estaban de acuerdo, puesto que consideraban que les asfixiaba.
“Francamente, [el Consumo Promedio de Combustible Corporativo] estaba totalmente desconectado de la realidad del mercado. Nos vimos obligados a vender vehículos eléctricos y otros. No vamos a volver a los devoradores de gasolina. En Ford tenemos muchos vehículos eléctricos e híbridos, pero ahora los clientes tienen la oportunidad de elegir lo que quieren, no lo que les imponemos”, continuaba Farley en Fox and Friends.
"Creo que la combinación de algunos ajustes arancelarios, junto con la mayor adecuación de los estándares de ahorro de combustible al mercado, hará que los precios sigan bajando. Creo que a finales de este año y principios del próximo, los precios de los coches bajarán. Podemos fabricar, básicamente, lo que Estados Unidos quiere, y lo que Estados Unidos quiere son vehículos asequibles. Nuestra gama de vehículos asequibles en noviembre subió un 25 %. El mercado estaba a la baja. Así que eso es lo que los estadounidenses quieren comprar”, sentenciaba.
