Nunca antes la industria del automóvil había crecido tanto y tan deprisa. La llegada del coche eléctrico a la realidad ha supuesto un cambio de paradigma de imprevisibles consecuencias. Todas las marcas están centradas en el desarrollo y producción de nuevos vehículos, pero los fabricantes tradicionales se están percatando de que es casi imposible seguir el ritmo de los chinos. La industria asiática ha despertado y su músculo económico es fuente de temor en los despachos de los directivos. BYD ha alcanzado una posición extraordinaria. Su futuro es más prometedor que su presente y pronto lo demostrará con la primera de sus fábricas instaladas en Europa.
A finales del año pasado se supo que BYD iba a levantar un centro de producción, el primero de ellos, en el Viejo Continente. Durante mucho tiempo se barajaron varias opciones de localización, incluyendo España, aunque finalmente quedó descartada. Hungría será el país que albergue la primera de las fábricas de la compañía en suelo europeo, porque sí, habrá más. Los chinos han optado por la vía húngara dado que ya contaban con una fábrica en el país, aunque esta sólo estaba centrada en la producción de vehículos industriales y autobuses.
Tres años de obras para una fábrica que pretende conquistar Europa
Esta nueva fábrica producirá única y exclusivamente coches que inundarán el mercado continental. Hasta ahora los plazos se están cumpliendo, aunque todavía no se ha puesto ni un solo ladrillo en el terreno. Sin embargo, los planes de ejecución desvelados por BYD aseguran que la instalación se va a levantar en diferentes fases y que en tres años estará operativa para producir los primeros vehículos. Es poco tiempo si tenemos en cuenta la magnitud del proyecto, pero si por algo han destacado los chinos a lo largo de los últimos años es por su velocidad. Construyen, desarrollan y fabrican más rápido que nadie.
Las marcas europeas ya saben de qué plazo de tiempo disponen antes de que la compañía de coches eléctricos más importante de China se introduzca de pleno en Europa. Si bien todo el mundo da por hecho que la factoría húngara de BYD se centrará exclusivamente en vehículos eléctricos, los chinos la describen como una fábrica de Vehículos de Nueva Energía (NEV), término que usan para describir a todos los vehículos enchufables, ya sean 100% eléctricos o híbridos enchufables. A pesar de este tecnicismo, BYD siempre ha defendido una postura totalmente eléctrica para el mercado europeo.
Con su nueva fábrica, BYD quiere evitar posibles sanciones arancelarias europeas a la importación de vehículos procedentes de China. La investigación abierta por el Parlamento Europeo incita a pensar en castigos económicos que limiten o reduzcan la presencia de marcas chinas en el Viejo Continente. La máxima representación política de la zona no es la única que quiere defender la industria automovilística, otras regiones como Francia ya han aprobado y puesto en marcha políticas restrictivas para los vehículos procedentes del este, sin importar la marca o el modelo.
