Las carreras existen desde que se fabricó el segundo coche del mundo. No hay mejor campo de pruebas que el mundo de la competición. Los equipos más punteros desarrollan tecnologías inéditas para poder batir a sus rivales que luego trasladan a los coches de calle. Históricamente, Mercedes es una de las escuderías más laureadas del mundo de la competición y, desde siempre, ha usado a sus equipos para crear nuevas tecnologías. El nuevo objetivo de la firma alemana es batir a Tesla en su propio terreno, la eficiencia, y, para eso, contará con la ayuda de su equipo de Fórmula 1.
Con años de ventaja con respecto a sus rivales, Tesla ha demostrado que está a la cabeza en lo que a eficiencia eléctrica se refiere. Aunque muchos critiquen la calidad de sus vehículos, lo que nadie puede negar es que los coches de Austin son imbatibles en gestión. Son capaces de lograr mayores autonomías sin importar el rendimiento y eso es algo que supone todo un quebradero de cabeza para el resto de fabricantes. Muchos han tratado de copiarlos, pero hasta la fecha ninguno ha podido igualarlos. Mercedes lo va a intentar a base de músculo y un equipo de primera categoría.
El tiempo es otro factor asfixiante para las compañías. Todos saben del objetivo medioambiental de la Unión Europea. Aunque el 2035 parece estar lejos, ahora es el momento crucial. Es ahora cuando las marcas tienen que crear esa imagen de cara al público. Lograr posicionarse por delante de la competencia resulta clave y cada fabricante emplea las mejores armas a su disposición. La era híbrida de la Fórmula 1 ha permitido a Mercedes explorar nuevas vías en la electrificación, tal y como hemos podido contemplar con lanzamientos tan extraordinarios como el Mercedes-AMG One.
Los eléctricos requieren de otros requisitos, pero aún así las carreras del Gran Circo siguen siendo el mejor escenario para pruebas. Con el fin de acelerar los tiempos de desarrollo de tecnologías y de incrementar la eficiencia de los vehículos, los alemanes emplearán todas las herramientas que tengan a su alcance. Markus Schaefer, director de Tecnología de Mercedes, ha comentado a Reuters que de esta forma podrán reducir los plazos de desarrollo en una cuarta parte: “Tenemos una ventaja con la Fórmula 1 que otros no poseen. Tesla no la tiene.”
Los primeros avisos de Mercedes ya se han dejado ver. A mediados del año pasado, presentaron un prototipo funcional denominado Mercedes Vision EQXX. Un concept car que contaba con algunas tecnologías todavía en desarrollo que demuestran el poder de los alemanes. Aunque algunas de sus especificaciones técnicas son todo un misterio, el EQXX ha sorprendido al mundo por su bajo consumo. En una prueba de consumo real ha sido capaz de recorrer más de 1.000 kilómetros sin parar a recargar con un consumo medio oficial de 8,3 kW por cada 100 kilómetros recorridos.
El EQXX se desarrolló en estrecha colaboración con los ingenieros de la Fórmula 1 en tan sólo 18 meses de trabajo. Una clara demostración de poder. En Mercedes saben que agregar grandes baterías no es la solución definitiva para mejorar la autonomía de sus eléctricos. El verdadero secreto de estos se esconde en la gestión de esa energía y, para eso, se requiere de un software tremendamente complejo, así como de otros poderosos aliados como la aerodinámica. Veremos qué nos depara el futuro en esta carrera tecnológica que todas las compañías están librando, cada una con las herramientas que tenga a mano.
