La entrada en vigor de la obligatoriedad de llevar una baliza V-16 conectada en los vehículos españoles a partir del 1 de enero de 2026 ha desatado una intensa polémica. La DGT recuerda que este dispositivo sustituirá definitivamente a los tradicionales triángulos de emergencia, con el objetivo de reducir el riesgo que supone salir del coche para señalizar una avería o accidente.
Según datos compartidos recientemente, en España mueren cada año unas 25 personas atropelladas cuando abandonan sus vehículos para colocar señales en la calzada. La baliza V-16 “conectada” no solo emite una luz intermitente visible a 360° y hasta 1 km de distancia, sino que transmite automáticamente la ubicación del vehículo inmovilizado a la plataforma oficial DGT 3.0. No requiere aplicaciones, móviles ni datos personales, y su conexión está diseñada para durar al menos 12 años, conforme a la normativa.
¿Fraude?
Sin embargo, asociaciones de consumidores como FACUA han alertado de la venta masiva de dispositivos anunciados como “homologados” que realmente carecen de la conectividad obligatoria. Estas balizas no cumplirán los requisitos legales a partir de 2026, lo que podría dejar a muchos conductores expuestos a sanciones de 80 euros.
FACUA exige que la DGT active de forma urgente un protocolo de alerta pública y retire del mercado los modelos que no están certificados. “No basta con poner un buscador en la web”, ha señalado su secretario general alertando del uso indebido del logotipo oficial.
A través de su secretario general, Rubén Sánchez, la Asociación ha manifestado su rotundo desacuerdo con la gestión informativa de la DGT. Critica que la estrategia de Tráfico no puede ser una simple indicación de "consultar la web de la DGT para saber qué balizas son válidas a partir de enero". Él considera que la agencia de tráfico, liderada por Pere Navarro, ha incurrido en una mala praxis que ha facilitado una "estafa comercial masiva", al permitir que se use indebidamente su distintivo (logotipo).
FACUA critica la pasividad de la DGT e insta a reclamar el importe de las balizas V16 que no aclaran que carecen de conectividad 🚨🚗 https://t.co/9gxYhjCeL7
— FACUA (@FACUA) December 2, 2025
Para Sánchez, es "asombroso" que la DGT no haya puesto en marcha una campaña de comunicación directa y explícita para todos los conductores. El portavoz de FACUA pide que se envíe "inmediatamente" una notificación a los domicilios de los ciudadanos que especifique la nueva normativa y la obligación que entrará en vigor el 1 de enero.
La polémica se extiende a la credibilidad del sistema. En respuesta, Pere Navarro, Director de la DGT, señala que el órgano jurisdiccional competente, la Sala Tercera del Tribunal Supremo, avaló que, hasta 2026, puedan convivir balizas sin conectividad y balizas conectadas homologadas. Sin embargo, desde 2026 será obligatorio que el dispositivo esté certificado por laboratorios acreditados como IDIADA o LCOE.
Además del debate sobre la validez técnica, surge una cuestión de seguridad y confianza. Si se emplean balizas no certificadas, no solo hay riesgo de sanción, sino que se pierde la capacidad de notificar a Tráfico un vehículo inmovilizado, lo que podría aumentar la peligrosidad en caso de avería o accidente.
En este escenario, la recomendación de la DGT para los conductores es comprobar siempre que la baliza esté incluida en la lista oficial del organismo, que su carcasa muestre un número de homologación válido y que figure la advertencia “conectada a la DGT 3.0”. En muchos casos, las versiones baratas vendidas antes de la regulación ya no serán válidas.
A pesar del conflicto, los objetivos de la nueva normativa siguen siendo claros: reducir atropellos en carretera, mejorar la seguridad vial y aumentar la visibilidad de vehículos detenidos sin necesidad de abandonar el vehículo. Si se implementa correctamente, la V-16 conectada podría convertirse en un avance significativo para la seguridad de todos los usuarios de la vía.
En un escenario ideal, la baliza V16 pondrá fin a la inseguridad que suponían las señales manuales y peligrosas como los triángulos. Pero para lograrlo será necesario que los conductores, los fabricantes y las autoridades cumplan con las normativas, y que la certificación sea rigurosa y transparente. Solo así la promesa de la V-16 se traducirá en carreteras más seguras.