Tesla quiere baterías LFP en sus coches eléctricos, pero se enfrenta a problemas geopolíticos

Tesla está decidido a implementar baterías LFP en las variantes de autonomía estándar de sus coches eléctricos para liberar la producción de baterías de litio al resto de su gama, lo que choca con las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China.

 Tesla quiere implementar baterías LFP en sus coches eléctricos de Autonomía Estándar, pero se enfrenta a las estrategias geopolíticas.
Tesla quiere implementar baterías LFP en sus coches eléctricos de Autonomía Estándar, pero se enfrenta a las estrategias geopolíticas.
27/10/2021 11:36
Actualizado a 04/11/2021 12:34

La enorme demanda de baterías propiciada por el incremento de la oferta de vehículos eléctricos ha llevado a Tesla a tomar la decisión de recurrir a las baterías LFP (litio ferrofosfato) en sus variantes de Autonomía Estándar. Y quiere hacerlo si renunciar a localizar la cadena de suministro de todos los componentes clave en el mismo continente en el que se fabrique el coche. Esta estrategia choca con la dificultad que tienen los fabricantes de estas baterías, que son empresas chinas, para ubicar sus instalaciones en Estados Unidos, debido a las tensiones geopolíticas entre ambos países.

La tecnología de baterías LFP  no se ha venido empleando habitualmente en coches eléctricos  ya que su densidad energética es inferior a las de litio, por lo que se ha limitado a algunos vehículos de gran tamaño, ya que su coste es significativamente inferior y son incluso más seguras. Esta situación ha llevado a que sea el mercado chino el primero que ha adoptado esta tecnología, razón por la que el 95 % de las baterías LFP se fabrica allí. Sin embargo, las patentes clave están cerca de espirar, momento que quiere aprovechar Tesla para incorporarlas a su gama de vehículos de autonomía estándar a nivel mundial, más allá de China donde ya las utiliza en algunos Model 3 y Model Y.

"Nuestro objetivo es localizar todos los componentes clave de nuestros vehículos en el continente", afirmó Drew Baglino, vicepresidente senior de ingeniería de motores y energía de Tesla la semana pasada en la rueda de prensa de resultados económicos. Esta estrategia se refiere a todas sus instalaciones: las de Estados Unidos, la de Alemania y la de Shanghái. "Trabajamos internamente con nuestros proveedores para lograr este objetivo no solo a nivel de ensamblaje final, sino lo más arriba posible en la cadena de producción". En lo que se refiere a las baterías LFP solo la de Shanghái cumple con este requisito.

La decisión tomada por Tesla el año pasado de montar baterías LFP en el Model 3 fabricado en China le permite liberar capacidad de producción de baterías de litio para su próximo camión eléctrico, el Tesla Semi y otros vehículos que requieren baterías de mayor densidad y más autonomía basadas en níquel. Desde entonces, Elon Musk se ha comprometido a emplear la tecnología en más vehículos y sistemas de almacenamiento de energía.

La compañía se enfrenta a un incremento de costes debido principalmente a que los precios de los tres materiales que Tesla utiliza para fabricar sus baterías: el cobalto ha subido alrededor de un 70% en lo que va de año, el níquel alrededor de un 20% y el aluminio alrededor de un 50%. 

Baterias lFP China

El 95% de las baterías LFP se fabrican en China.

Suministradores desde China: CATL y BYD

Según informa Reuters esta tecnología ha despertado el interés de los fabricantes de vehículos eléctricos. Tanto es así que hasta Apple se encuentra en una etapa inicial de conversaciones con CATL y BYD, los dos fabricantes chinos más importantes de este tipo de baterías, para su suministro a su próximo coche eléctrico, a partir de fábricas construidas ubicadas en Estados Unidos.

Sin embargo, CATL es reacia a ello, debido a las tensiones geopolíticas entre Washington y Pekín, ha asegurado a la agencia de noticias Sanjiv Malhotra, fundador de la startup de baterías Sparkz y ex ejecutivo del Departamento de Energía de Estados Unidos, que busca la manera de establecer líneas de producción de baterías LFP en Estados Unidos, para no depender de China. Probablemente, CATL se encuentre más cómodo fabricando en China donde tiene acceso a materias primas más baratas, asegura Craig Irwin, analista de la consultora  Roth Capital ya que una fábrica en Estados Unidos precisaría de una cadena de suministro local para poder competir en coste con una China.

Las dos economías más grandes del mundo todavía tienen muchas disputas que resolver en lo que se refiere a aranceles, derechos de propiedad intelectual o regulaciones relacionadas con el sector tecnológico.

El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha convertido los coches eléctricos en una prioridad para combatir el cambio climático, pero es precisamente el suministro de baterías lo que limita su ambicioso plan. China es el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo y domina la cadena de suministro para la fabricación de baterías de iones de litio, incluido el procesamiento de minerales y materias primas.

En este sentido, CATL asegura planificar sus inversiones en el ex extranjero en función de factores como la demanda del mercado, el entorno de inversión, la cadena de suministro, los recursos humanos y el coste. Por su parte, BYD sí cuenta con instalaciones de producción de paquetes de baterías en EE.UU, pero no fabrica allí las celdas.

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