Las cosas no siempre salen como uno quiere, aunque se haya puesto toda la atención y miles de millones como inversión. A día de hoy, es necesario, por no decir obligatorio, que los fabricantes aporten vehículos eléctricos al mercado en aras de hacer más fácil y rápida la transición de movilidad. Toyota es el fabricante más rezagado de la clase, pero saben perfectamente lo que tienen que hacer. El jefe de la compañía en Europa lanza una promesa que deben cumplir, les guste o no. En 2035 estarán listos para volverse una marca 100% eléctrica en el Viejo Continente.
La cuestión es que Toyota tampoco va a tener muchas otras opciones sobre la mesa. Como ya todos sabemos, la Unión Europea ha fijado un horizonte clave para la electrificación total del parque de vehículos. En 2035, quedará prohibida la venta de vehículos térmicos en la región y todos los coches, salvo excepciones, deberán ser eléctricos. Los japoneses, a pesar de apoyar la medida, no renuncian a otras alernativas tecnológicas, alargando los plazos.
En Japón, con cierta razón, defienden que su tecnología híbrida ha hecho grandes esfuerzos por reducir las emisiones de gases contaminantes, pero Europa pide ir varios pasos más allá. Con la normativa Euro 7 en boca de todos por su mala condición y aplicación, todos los fabricantes miran un paso más allá. Matt Harrison, director de Operaciones de Toyota Europa, ha realizado importantes declaraciones durante un congreso celebrado por Automotive News Europe. Preguntado sobre la situación de Toyota en el horizonte de 2035, Harrison ha sido muy expeditivo en su respuesta: “Estaremos listos para vender el 100% de los BEV a partir de 2035”.
Está claro que hay tiempo de sobra para que Toyota juegue sus cartas debidamente, pero no hay segundos que perder. El bZ4X ha sido el primer intento de asaltar el mercado, un intento que, por ahora, no está teneiendo un buen resultado. Los problemas durante el desarrollo y las primeras fases de lanzamiento han sepultado un coche que debería haber plantado cara a los todopoderosos del sector. Sin embargo, en Japón confían en aprender mucho de la experiencia para no repetir los mismos errores.
El líder de Toyota en Europa ha acompañado sus declaraciones con ambiciosas expectativas de ventas de cara a los próximos años. Actualmente, la cuota de mercado eléctrica de la marca es del 0%, pero eso no quita para que aspiren al 15% de las ventas en 2025 y al 55% en 2030. De cumplirse dichas esperanzas, estaremos ante una gran recuperación. A Toyota no le falta ni el potencial, ni la capacidad ni los recursos económicos, pero tiene que abandonar esa mentalidad conservadora si realmente quiere convertirse en un actor protagonista.
Paralelamente a estos objetivos, los ingenieros japoneses trabajan en las tecnologías que llevarán a la siguiente etapa. Lo primero es desarrollar una plataforma exclusiva y dedicada para los eléctricos, la gama bZ. Ya están en ello, aunque hasta 2026 no tendremos los primeros lanzamientos basados en ella. También centran grandes esfuerzos en las baterías. Para 2027 tienen como objetivo comercializar al menos dos modelos con baterías de estado sólido capaces de superar una autonomía teórica de 1.500 kilómetros. Esas primeras unidades no serán baratas, o al menos no se espera que lo sean, pero sin lugar a duda darán pie a lo que llegará a finales de la presente década.
