Ya hace tiempo que la producción de renovable marítima va mucho más allá de la energía mareomotriz o de las corrientes. Por eso mismo, no es raro ver como los parques eólicos y solares marinos son cada vez más habituales, más si tenemos en cuenta que su eficiencia es mucho mayor que la que obtienen sus homólogos terrestres. En este último sentido, hoy vamos a hablar de una de las granjas solares más grandes del mundo, la cual funciona desde Indonesia, concretamente desde Java Occidental.
Una granja solar imbatible que tiene por objeto cambiar las reglas de la sostenibilidad
Aunque comenzó a funcionar hace un par de años con una capacidad inicial de 50 megavatios, su inauguración oficial tuvo lugar a mediados del mes pasado, reafirmándose a día de hoy como la granja solar más grande del sudeste asiático. Así, se trata de un monstruo flotante con una capacidad que ya alcanza los 150 megavatios y que en sucesivos años se multiplicará, como poco, por tres.
Abu Dhabi Future Energy Company es la empresa que está llevando a cabo este proyecto faraónica, la cual ha aprovechado la organización de la COP 28 para inaugurar junto con el Gobierno de Indonesia este segundo tramo de 150 megavatios. Como comentábamos antes, esta capacidad crecerá hasta los 500 W en los prócimos meses, esto último gracias a un reciente cambio de normativa efectuado en el país. Sea como sea, una vez se efectúe la ampliación, esta granja solar podrá suministrar más de 100.000 hogares y ahorrar al planeta medio millón de toneladas de CO2.
Con el objetivo de entender mejor este tipo de instalaciones, la firma de energías sostenibles se aferra a diversas cualidades para hablar de estas instalaciones. Por un lado, cubrir el agua evita que los rayos solares tengan una mayor implicación en la evaporación del agua. En un entorno en el que embalses y demás estructuras hidrográficas están sufriendo el cambio climático en mayor medida, este punto puede ser muy importante en el medio plazo.
Por otro lado, cubrir una extensión de agua mediante paneles solares permite, además, la reducción de la temperatura bajo la superficie. De esta manera, se consigue evitar la proliferación de algas tóxicas, las cuales pueden provocar un deterioro progresivo de la calidad que, posteriormente, puede tener como fin el consumo humano. Al mismo tiempo, es posible conseguir un enfriamiento de las propias placas solares, lo cual les permite mejorar su eficiencia y, por supuesto, su rendimiento en el medio y largo plazo.
Como principal debilidad podemos encontrar la existencia potencial de corrosión en los paneles solares, una cuestión de extrema relevancia. Para evitarlo, las placas instaladas han sido tratadas con productos específicos, un elemento clave y necesario en un entorno de estas características. El otro gran problema presente en este tipo de instalaciones está relacionado con el nivel del agua. En un pantano, puede haber distintas alturas a lo largo del año, siendo lo más probable la disposición de menores volúmenes de capacidad durante los meses de verano.
Esto debe ser gestionado en una granja solar situada sobre la superficie. De acuerdo con el estudio, el cual ha sido publicado en Nature Water, ha sido posible garantizar la solvencia de la estructura sobre el agua gracias al uso de un complejo sistema de poleas.
Se espera que la ampliación de esta increíble expansión tenga lugar con el paso de los meses, un reto que puede servir como inspiración para la consecución de otros muchos programas parecidos en todo el mundo.
