Hay dos maneras de entender la electrificación. El camino más lógico es como sistema de movilidad para reducir las emisiones. La segunda vía, más entretenida, es como forma alternativa para generar un rendimiento extraordinario. Por norma general, ambos conceptos son muy antagónicos entre sí. Hay coches que procuran ofrecer un equilibrio entre ambos mundos, pero rara vez ocurre. BMW aspira a mucho con sus coches eléctricos, pero sabe que la eficiencia y la deportividad son como el agua y el aceite. Echan por tierra uno de los rumores más comentados durante la semana pasada.
Hace unos días, los alemanes presentaron ante la oficina de patentes europea la documentación necesaria para registrar la denominación iM3. Inmediatamente, muchos empezaron a especular con el posible lanzamiento de un M3 eléctrico. La unión de dos familias bajo una sola carrocería. Por un lado, la tecnología de la división 'i', eléctrica, y por otra la esencia de la gama 'M', la más extrema y atrevida de la compañía. Por muy bonito que pueda parecer, el jefe de BMW, Frank van Meel, acaba de asegurar categóricamente que eso “nunca sucederá” durante una entrevista con TopGear. Entonces, ¿por qué han registrado la nomenclatura ante los despachos europeos?
BMW no rechaza la idea, pero sí la presentación de un BMW iM3
Las marcas tratan de adelantarse a la competencia y a muchos avispados que intentan robar ideas para luego sacar un beneficio. BMW, al igual que el resto de marcas del mercado, registra nombres o tecnologías que, en la mayoría de las ocasiones, no aprovecha. Sin embargo, dejan un registro para que ningún otro rival se lo arrebate. El caso más famoso es el que ha enfrentado a Tesla y a Ford durante mucho tiempo. Elon Musk quería completar una gama con cuatro modelos, cada uno con una letra, para conformar la flota más “SEXY” del mercado, pero Ford tiene la patente registrada del Model E, por lo que en Tesla tuvieron que cambiar la letra por el número 3. De ahí surgió el Tesla Model 3.
Retomando la historia que nos ocupa, van Meel ha dejado muy claro que una cosa es la familia eléctrica y otra la gama M. Pueden combinarse, pero cada una estará bien separada de la otra como dos hermanos que no se pelean entre sí. El hecho de que no vaya a existir nunca un BMW iM3 no quiere decir que no vaya a haber un M3 eléctrico. Los alemanes han estado dudando mucho tiempo sobre si sacarlo o no y ya parecen decididos. Habrá un M impulsado por baterías, pero no estará acompañado de la letra 'i'. Como el propio jefe de la división ha comentado, son conceptos muy diferentes.
Los eléctricos son tecnología, mientras que en la división M no sólo busca ofrecer el último avance del mercado: “Se trata de una promesa, de motorsport, de emoción, no de transmisión”. Los BMW M son poderosos y radicales, no sólo por potencia, también por concepto y conducción. En Múnich llevan tiempo trabajando en un deportivo eléctrico. El primer adelanto se dio hace un año, aunque poco se ha sabido desde entonces. La plataforma Neue Klasse será la piedra angular de esta nueva estrategia. Capaz de soportar hasta un 1 MW de potencia, la próxima generación de deportivos alemanes promete ser completamente radical, pero no se llamarán iM.
