La carga bidireccional es el siguiente paso para los coches eléctricos, pero, ¿cómo de dañina es para las baterías?

Un estudio ha analizado la degradación de una misma batería que lleve a cabo solo cargas estándar, rápidas y bidireccionales.

carga bidireccional
La carga bidireccional convierte al coche en un cargador.
09/08/2025 09:30
Actualizado a 09/08/2025 09:30

Entre los distintos retos que plantean los coches eléctricos, uno de los más importantes es la degradación de sus baterías. Conforme se usan y se llevan a cabo cargas y descargas, éstas van perdiendo parte de su integridad, lo que reduce su capacidad y, en consecuencia, acaba suponiendo que el vehículo tenga menos autonomía. Es por eso que se recomienda no abusar de las cargas rápidas, recargar entre parámetros de seguridad (lo más indicado es entre el 10 % y el 80 %), etc. Siendo estas las guías generales, salta una duda: ¿qué pasa con la tecnología de carga bidireccional en la que el coche está de manera más o menos continuada cargando y descargando para suministrar energía a la red o a otros dispositivos eléctricos?

Incorporar este tipo de tecnología implica que la batería se vea sometida a una serie de ciclos de carga adicionales, algo que a largo plazo es contraproducente. Sin embargo, ¿cómo afecta la carga bidireccional a la vida útil de la batería? Mobility House Energy y la Universidad RWTH de Aachen han investigado al respecto y ya han publicado un estudio con los resultados.

La carga bidireccional permite cargar, por ejemplo, una bici eléctrica gracias al coche.
La carga bidireccional permite cargar, por ejemplo, una bici eléctrica gracias al coche.

Se han analizado tres tipos de cara en tres tipos de batería

Para que fuera lo más completo posible, se llevó a cabo utilizando celdas de batería de tres tipos (celdas cilíndricas, celdas tipo bolsa y celdas prismáticas) que se sometieron a tres escenarios de carga diferentes: carga inteligente (V1G), carga bidireccional (V2G) y carga inmediata (IC), siempre a una potencia de 11 kW.

La primera conclusión del estudio es que la carga inteligente (V1G) mejora significativamente el envejecimiento de la batería si se compara con la carga inmediata. Según los cálculos del informe, después de 10 años de uso, con la primera el envejecimiento sería entre 3,3 y 6,8 puntos porcentuales menor que con la carga rápida. Ésta supondría una pérdida del 18 % en ese periodo, mientras que con la estándar solo sería del 12 %. Calculándolo con una batería con una capacidad de unos 50 kWh, mantendría entre 1,8 y 3,6 kWh de energía más disponible, es decir, que ofrecerían una autonomía de 292 y 274 km, respectivamente.

Como era de esperar, la denominada como carga inmediata se considera como la peor alternativa, ya que, por un lado, es la que provoca un envejecimiento más acelerado de la batería, y, por otro, no se monetiza la batería, su capacidad para dar energía.

La carga bidireccional se antoja esencial para estabilizar la red eléctrica y ahorrar dinero en la factura de la luz.
La carga bidireccional se antoja esencial para estabilizar la red eléctrica y ahorrar dinero en la factura de la luz.

La carga bidireccional tiene un efecto negativo, pero mínimo

Lo interesante del estudio, sin embargo, está en los resultados obtenidos por la carga bidireccional (V2G): no tiene un efecto positivo sobre el envejecimiento de la batería, de hecho, la presencia de ciclos de carga adicionales tiene un efecto negativo, pero este es mínimo. Según el informe, el envejecimiento adicional es de entre 1,7 y 5,8 puntos porcentuales, es decir, entre 0,9 y 3,1 kWh para la batería de 50 kW. Esto supone que, en 10 años, en lugar de un 18 % de degradación, como ocurre con la carga directa, es de un 21 %, lo que se traduce en 264 km de autonomía restante en lugar de 274 km.

El informe apunta que esa degradación extra se compensaría con el hecho de que, con la tecnología V2G, si que se puede monetizar la batería, ya que se emplea su energía para cargar dispositivos o, directamente, para devolver energía a la red cuando ésta paga mejor el kW. Además, el estudio señala que “una comprensión profunda de los procesos de envejecimiento permite diseñar servicios V2G que minimicen la carga de la batería”, apuntando a que todavía hay margen de mejora para que el uso de esta tecnología afecte todavía menos a la vida útil de la batería.