Un grupo como Stellantis es el perfecto ejemplo de sinergia entre marcas. Los coches de casi todas ellas comparten las mismas plataformas, lo que da lugar a motorizaciones idénticas con trajes diferentes. Hay casos en los que directamente la compañía crea clones de sus vehículos y les da un repaso estético para venderlos bajo el paraguas de otro fabricante y el Opel Rocks es un claro ejemplo de ello.
Es la segunda reinterpretación del Citroën Ami, tras el Fiat Topollino, pero en su caso a nivel de imagen es incluso más parecido al modelo francés que su primo italiano. Su concepto es idéntico, un cuadriciclo eléctrico pensado para moverse en ciudad desde una edad muy temprana, que varía según el país, pero que en España es desde los 15 años.

Un diseño familiar
No hay muchas novedades en el apartado estético, puesto que toma la base del Citroën, aunque añade elementos propios para intentar distinguirse de su familiar. Las proporciones son idénticas, así como el formato de espejo que replica la estructura frontal en la trasera, pero hay rasgos característicos: en la zona delantera cuenta con una moldura negra que integra los faros redondos, buscando replicar el Opel Vizor de sus hermanos mayores; el mismo material está presente en los paragolpes, los pasos de rueda y los faldones laterales, dándole un aspecto más de SUV, las llantas tienen un diseño específico en forma de cruz y el techo tiene un acabado más deportivo, al estar rematado por un pequeño alerón.
Es un modelo de dimensiones muy compactas, con solo 2,41 metros de longitud y 1,39 metros de anchura (sin contar con los espejos exteriores), que tiene capacidad para dos personas. Una de sus particulares está en el acceso interior, porque, mientras que la puerta del pasajero se abre hacia adelante como es lo normal, la del conductor se abre en la dirección opuesta, lo que tradicionalmente se conoce como apertura tipo suicida.
En el interior, el volante Rocks tiene el Opel Blitz blanco sobre un fondo negro, el techo panorámico de serie y está hecho de cristal templado, como las ventanillas laterales y la luneta trasera; y, según Opel “está totalmente orientado a las necesidades de la generación joven”.
La marca alemana señala que “el diseño es muy funcional e impresiona con controles de fáciles agarre y pantallas claras y fáciles de leer que se centran en lo esencial”. En el habitáculo se ofrece un soporte para smartphone con puerto USB, es posible conectar el teléfono inteligente mediante Bluetooth a través del 'MyRocks Switch' y también dispone de la función 'MyRocks Play', con la que se utiliza el sistema operativo del smartphone, pudiendo usar su navegador, escuchar música o realizar llamadas en modo manos libres.
Una mecánica pensada para ciudad
A nivel mecánico tampoco hay sorpresas y es que su sistema de propulsión es el mismo que el del Citroën Ami. Así, tiene un pequeño motor de tan solo 8,2 CV de potencia, suficiente para alcanzar una velocidad máxima de 45 km/h, la permitida legalmente para un vehículo de su categoría. Su batería también tiene una capacidad reducida, 5,5 kWh, pero es suficiente para circular durante hasta 75 km, especialmente en entornos urbanos que es casi exclusivamente por donde puede rodar.
Es un vehículo pensado para la ciudad, algo de lo que dan buena cuenta sus reducidas dimensiones, que, además de permitirle aparcar con facilidad, le garantizan un radio de giro muy comedido (7,2 metros) y la agilidad suficiente para moverse entre el tráfico sin mucho problema.
El Opel Rocks ha anunciado un precio de 7.990 euros para Alemania, un mercado en el que los impuestos son similares a los españoles, así que su tarifa debería ser idéntica a ésta cuando llegue a España (es el precio con el que se comercializa el Citroën Ami). Sin embargo, la marca alemana todavía no ha confirmado su disponibilidad aquí.