Los coches eléctricos e híbridos han puesto sobre la mesa una tecnología que con los de combustión no terminaba de despegar

El sistema de frenado electrónico, conocido como brake-by-wire’ sustituye las conexiones hidráulicas por señales digitales ofreciendo una respuesta más rápida un peso más reducido y mayor seguridad.

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Los coches eléctricos están haciendo crecer tecnologías innovadoras en los sistemas de frenos. Chat GPT
17/10/2025 13:30
Actualizado a 17/10/2025 13:30

En un coche convencional, el sistema de frenos funciona principalmente mediante un circuito hidráulico que transmite la fuerza ejercida por el conductor en el pedal hasta las ruedas. Al pisar el pedal, un pistón dentro del cilindro maestro presiona el líquido de frenos, que viaja por un tubo hasta los frenos de cada rueda. En los frenos de disco, las pastillas aprietan el disco unido a la rueda, generando fricción y reduciendo la velocidad. En los frenos de tambor, las zapatas se expanden contra la superficie interior del tambor para frenar el movimiento.

Este sistema cuenta con el apoyo del servofreno, un dispositivo que utiliza el vacío del motor para amplificar la presión ejercida en el pedal, reduciendo el esfuerzo necesario por parte del conductor. Además, la mayoría de coches modernos incorporan sistemas electrónicos como el ABS (Antiblock Braking System), que evita que las ruedas se bloqueen en una frenada brusca, y el EBD (Electronic Brakeforce Distribution), que ajusta la fuerza de frenado entre las ruedas para optimizar la estabilidad.

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Diferencia básica en la forma de actuar de un freno hidráulico frente al sistema brake-by-wire.

¿Cómo funciona el brake-by-wire?

Con la llegada de los coches híbridos, y sobre todo con los eléctricos, la tecnología de frenado de están viviendo una transformación con el sistema brake-by-wire, que prescinde de la tradicional conexión hidráulica entre el pedal y los frenos utilizando señales electrónicas para regular el frenado. Esta innovación que podía encontrarse en modelos premium de alto rendimiento, ahora se generaliza a coches más mundanos mejorando eficiencia, ligereza y seguridad.

A diferencia del sistema hidráulico clásico que transmitía presión mediante líquido, el brake-by-wire utiliza sensores en el pedal para enviar señales eléctricas a una unidad de control. Esta calcula la fuerza demandada y activa frenado mediante actuadores, o bien bombas electro-hidráulicas o frenos totalmente electromecánicos.

Aunque el tacto del freno se mantiene gracias a mecanismos de simulación (motor o muelle que devuelve retroalimentación al pie del conductor), el control electrónico permite modular el freno con precisión y rapidez, adaptándose a diversas condiciones sin comprometer la experiencia de conducción.

La transición a sistemas electrónicos de frenado trae varios beneficios significativos:

  • Mayor seguridad y rapidez: al centralizar el control en microprocesadores, se integran mejor los sistemas de asistencia como ABS, frenado de emergencia y control de estabilidad.
  • Ahorro de peso y espacio: se eliminan componentes voluminosos como la bomba de vacío o el servo-convertidor, lo que contribuye a una arquitectura más ligera y eficiente.
  • Compatibilidad con frenado regenerativo: en coches eléctricos, facilita la fusión fluida entre frenado regenerativo y de fricción.
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Brake by wire implementado en un coche 100% eléctrico.

¿Y si falla?

La idea de eliminar conexiones físicas puede parecer arriesgada, pero los sistemas actuales incorporan redundancia. Por ejemplo, en caso de fallo total, muchos vehículos retienen una conexión hidráulica mínima que permite al conductor frenar con el pedal.

Sin embargo, sí existen desafíos: Volvo emitió un aviso en 2025 por fallos abruptos en el módulo del sistema brake-by-wire en algunos modelos eléctricos e híbridos, recalcando la necesidad de robustez en el software y hardware.

Toyota implementó el sistema ECB (Electronically Controlled Brake) en sus híbridos desde principios del siglo XXI. Lo introdujo inicialmente en el Estima Hybrid (2001) y luego en el Lexus RX 400h en EE.UU. (2005), integrándolo con sistemas de control dinámico del vehículo.

Desde entonces, muchas marcas lo han adoptado: Toyota, Lexus, Ford, GM, Audi (e-tron), Porsche (Taycan), Alfa Romeo Giulia/Stelvio y modelos como el Corvette C8.

Los fabricantes, como Continental con su arquitectura MK C1 (Alfa Romeo Giulia, Stelvio), avanzan hacia el FBS (Future Brake System). En 2025 lanzarán un diseño más compacto que integrará bomba, ABS y ESC en un solo módulo, liberando espacio y simplificando la estructura.

El brake-by-wire se perfila como una pieza crucial en la evolución de los coches eléctricos e híbridos, aportando ventajas en seguridad, diseño y eficiencia energética. Aunque requiere una ingeniería sólida y normativa de seguridad robusta, su expansión parece inevitable en el camino hacia una conducción más limpia, inteligente y conectada.