Las medidas de reducción de costes de Tesla, que ya se han demostrado como innovadoras, son observadas cuidadosamente por otros fabricantes de la industria. Cuando Tesla renovó el Model S y el Model X en 2021, lo más sorprendente fue el ya famoso volante yugo. El fabricante quiso llevar tan lejos la genialidad de su diseño que se olvidó de su funcionalidad principal, de manera que, como muchos han podido comprobar, las deficiencias del diseño se hicieron evidentes. Sólo los fanáticos acérrimos de Tesla continuaron afirmando que el yugo era mejor. La mayoría de los clientes pidieron que volviera el volante redondo.
Tardó un tiempo, pero Tesla escuchó a sus clientes y devolvió el modelo redondo al Model S y al Model X, primero como una actualización, luego como una opción y, ahora, como la selección predeterminada para ambos. Una demostración de la poca aceptación del yugo. Sin embargo, Tesla se negó a dar marcha atrás en otra novedad que aportaba este volante, probablemente igual de poco práctica: reemplazar las palancas del volante por botones capacitivos.
A Tesla no se le puede discutir el beneficio de la reducción de costes: las palancas y los interruptores físicos tienen su precio, por pequeño que sea. Si puede ahorrar 10 dólares por vehículo serán 20 millones de dólares entre todos los que fabricará en 2023. Otro ejemplo. La firma de Musk eliminó los sensores ultrasónicos confiando su función a las cámaras del Autopilot. Las mismas funcionalidades con un coste inferior, aunque también a cambio de quejas y protestas por parte de sus clientes.
La patente de Volkswagen
Esta estrategia de ahorro de costes atrae a otros fabricantes de automóviles que, a veces, siguen sus mismos pasos, cayendo en los mismos errores relacionados con los resultados en términos de practicidad para el usuario. El último en hacerlo ha sido Volkswagen. Su nueva familia ID de coches eléctricos fue la primera en recibir innovaciones destinadas a reducir los costes aunque, en términos de uso, eran dudosas. Eliminó algunos de los interruptores físicos del volante, sustituyéndolos por botones táctiles e, incluso, implementó un sistema de elevalunas eléctricos con solo dos botones y un interruptor para cambiar el manejo entre las ventanillas delanteras y traseras.
Hasta ahora, esto no implicaba la eliminación de las palancas del volante. Sin embargo, la firma alemana ha presentado una patente que busca eliminar los últimos controles físicos de la cabina que sí incluye las palancas de los intermitentes y las luces.
La patente presentada ante la Oficina Alemana de Patentes y Marcas (DPMA) y revelada por Carbuzz, describe un volante multifuncional con interruptores capacitivos situados en el borde que se usan para las funciones más utilizadas del automóvil: señales de giro, luces, salto entre canciones en el sistema multimedia y otra serie de controles que ahora son botones físicos. El número de interruptores que se sitúan en el aro del volante varía según el tipo de vehículo y el nivel de equipamiento.
El volante contaría con dos grupos de botones, uno a cada lado. En el lado izquierdo se colocan los controles principales simulando a lo que sería una categoría superior en un menú apilado. Una vez que se selecciona un botón principal, las opciones disponibles se revelan en el lado derecho del aro del volante, lo que permite al conductor seleccionar la adecuada. Volkswagen afirma que este diseño podría aumentar la seguridad y, al mismo tiempo, ahorrar costes de fabricación.
