Tesla no está pasando por su mejor momento. Tras dejar atrás los mejores años de la compañía, la empresa vive ahora una etapa complicada. Las ventas caen mientras que la imagen de la marca trata por mantenerse a flote. Sin embargo, el daño causado por Elon Musk puede ser irreparable. El papel mediático del empresario y su acercamiento a la política republicana americana no ha sentado bien a muchos clientes. Tras haber abandonado el ejecutivo de Donald Trump, la salida ha sido más violenta que amistosa. El presidente podría ahora tomar una decisión que comprometerá aún más la salud de la compañía.
Todas las regiones del mundo quieren reducir la huella de carbono de su parque de vehículos. La norma más común es aplicar sanciones por exceso de emisiones. Eso quiere decir que todas las marcas que superen el límite de emisiones permitido tienen que abonar cuantiosas multas al estado o a la máxima autoridad competente. Supone un grave problema y un enorme quebradero de cabeza para las marcas. Las sanciones son costosas. Sólo en Europa se estima que las marcas tendrán que abonar 15.000 millones de euros en materia de multas por exceder los límites fijados por Bruselas. El Parlamento les ha concedido una prórroga de 3 años.

Las acciones siguen mostrando la preocupación de los inversores
Estados Unidos también tiene una norma similar. Implementada por el anterior gobierno, la administración Trump quiere ahora echar por tierra la regla. Quiere permitir que los fabricantes incumplan la norma de emisiones sin tener que sufrir consecuencias económicas. Los fabricantes tendrán manga ancha para contaminar. Ya no tendrán que comprar créditos de emisiones a otras marcas que sí cumplían con la normativa. Durante muchos años Tesla, que ofrece una gama 100% eléctrica, ha vendido su excedente de créditos a otras marcas, ganando enormes sumas de dinero por ello.
Ahora, si finalmente el Congreso de Estados Unidos aprueba la medida, Tesla podría ser la más perjudicada por ello. Los de Austin dejarían de ingresar miles de millones de dólares en materia de créditos de emisiones vendidos a terceros. El riesgo es elevado teniendo en cuenta la mala relación que Trump y Musk han mostrado desde que este último saliese del ejecutivo hace apenas unos días. Donald Trump podría asestar un duro golpe a su hasta hace poco máximo colaborador. Los accionistas están muy preocupados por la situación.

Como ya hemos dicho, Tesla no atraviesa su mejor momento. Gran parte del futuro de la compañía está en manos de la regulación americana. Una regulación que debe virar a favor de Tesla. Hasta hace unos días todo el mundo daba por hecho que el apoyo de Trump sería el motivo para el cambio, pero ahora el panorama no está tan claro. La enemistad entre el presidente y el empresario es cada vez mayor. Los cruces de declaraciones y las posibles medidas tomadas desde la Casa Blanca podrían sumir a Tesla en el caos. El precio de las acciones ha cambiado drásticamente en apenas unas jornadas.