¿Puede una sola persona destruir el trabajo de toda una empresa? Aunque parezca increíble sí, o al menos eso es lo que parece. Nadie puede negar que de la cabeza de Elon Musk han surgido grandísimas ideas que han transformado la sociedad moderna. Paypal, Tesla o SpaceX son un claro ejemplo de ello. Sin embargo, el magnate americano ya no es el Rey Midas que muchos idolatraban. La situación actual es muy diferente. Musk es ahora mismo uno de los personajes públicos más odiados del mundo. Sus acciones y declaraciones están acabando con la paciencia de sus clientes. Una empresa ya se ha hartado.
Al igual que muchas otras compañías europeas, Tscherning decidió hace años transformar su flota de vehículos en eléctricos. Tras firmar un acuerdo con Tesla, Tscherning optó por incorporar numerosas unidades del Tesla Model Y y del Model 3. Dinamarca ha estado fomentando la conversión de los parques empresariales a modelos eléctricos. Los beneficios fiscales y medioambientales fueron los principales motivos que llevaron a esta constructora danesa a incorporar los Tesla. Por no mencionar las buenas aptitudes de los vehículos y su razonable precio de venta.

Musk centra todo el odio de millones de clientes en todo el mundo
Lo que hace poco era admiración hacia Tesla hoy se ha transformado en casi odio. A través de Linkedin, Tscherning ha dejado muy claro por qué toma esta medida. “Tscherning cambia de marcha y conduce en una nueva dirección. En Tscherning, no solo decidimos cómo conducimos, sino también con quién conducimos. Es por eso que hemos elegido entregar las llaves de nuestros coches de la compañía Tesla, no porque Tesla se haya convertido en un mal automóvil, sino a la luz del compromiso político de Elon Musk y las opiniones que ha expresado públicamente (y que son cada vez más difíciles de pasar por alto), nosotros, como empresa, hemos optado por decir gracias por el viaje".
Por último, el comunicado agrega una frase que parece ahora resonar en la cabeza de muchos clientes: “no queremos que se nos asocie con los valores y la dirección política que actualmente acompañan a la marca Tesla.” A fin de cuentas no es Tesla la que ha cambiado de valores o dirección política, sino Elon Musk. El presidente, no la empresa. Está claro que Musk ha optado por un mayor papel protagonista dentro de la escena política americana. Su cercanía con Donald Trump durante la campaña presidencial y posterior ejecutivo ha estado acompañada de declaraciones muy polémicas. Muchas de ellas en torno al coche eléctrico y en torno a otras cuestiones sociales más delicadas.

Tscherning ha comunicado que cambiará todos sus Tesla por coches eléctricos de empresas europeas, aunque no ha querido detallar cuál. Si bien las pocas unidades que Tscherning ha devuelto no significan nada en cuanto a volumen, la situación de Tesla en Europa empieza a ser preocupante. Las ventas durante el primer trimestre del año se han reducido considerablemente. Si bien parte de la culpa se debe al ciclo de renovación del Tesla Model Y, también hay razones suficientes como para reconocer que Musk tiene parte de culpa. Los problemas se extienden en todo el mundo. En Estados Unidos ya piden su dimisión porque va a conseguir arruinar a la empresa.