Nissan atraviesa sus horas más bajas, con la amenaza de quiebra sobrevolando al tercer fabricante más importante de Japón. Y es que si el pasado noviembre anunciaba la pérdida de hasta el 94% de sus beneficios y que llevaría a cabo hasta 9.000 despidos, esa cifra aumentó a 20.000 -el 15% de su plantilla mundial- el pasado mes de mayo, cuando hizo públicas unas pérdidas históricas que se suponía serían de 4.600 millones de euros, pero que finalmente se quedaron en 4.082.
Aún así, Nissan también ha anunciado el cierre de hasta siete fábricas con el fin de evitar su quiebra. Y, asimismo, está valorando medidas desesperadas, como la posible venta de su mayor activo o, más recientemente, solicitar prórrogas en el pago a algunos de sus proveedores.

Las prórrogas en los pagos, necesarias para mantener el efectivo y evitar la quiebra
La agencia de noticias Reuters ha tenido acceso a una serie de correos electrónicos internos de Nissan, en las que se propone a algunos de los mayores proveedores de la empresa tanto en Europa como en el Reino Unido que acepten pequeñas prórrogas en el pago de los suministros; todo ello para mantener efectivo, y por tanto liquidez, a corto plazo.
Estas medidas desesperadas formarían parte de la estrategia del nuevo CEO de la empresa, el mejicano Iván Espinosa. Fuentes “conocedoras del asunto” citadas por Reuters, Nissan, dentro de estas medidas desesperadas, habría dado a sus proveedores dos opciones: ceñirse al calendario de pagos negociado originalmente o aceptar pequeñas prórrogas en los pagos a cambio de una ligera mejora en las compensaciones.
Si los proveedores de Nissan optaran por la primera opción, sería el banco HSBC el que intervendría para abonarles los pagos en el tiempo acordado, y Nissan reembolsaría esta cantidad al banco a posteriori pagando una serie de intereses. En el segundo caso, no serían necesarios intermediarios.
La agencia de noticias Reuters tuvo acceso a varios correos electrónicos internos y, también, a un documento de la compañía en los que se detallaban los planes para que Nissan pudiera liberar una importante cantidad de efectivo, hasta 150 millones de euros, antes de que terminase el segundo trimestre.

Según recuerdan desde Carscoops, el director financiero de Nissan, Jeremie Papin, ya había declarado que este trimestre sería uno de los más difíciles para Nissan en los últimos años.
Dentro de esas medidas, Nissan esperaría convencer a sus proveedores de que aceptaran prórrogas en los pagos y efectuarlos así a partir de junio, llegando a realizar algunos en agosto o, incluso, en septiembre.Según fuentes internas, esta no sería la primera vez que Nissan toma estas medidas desesperadas, y ya tomado algunas similares a final del anterior año fiscal, que para las empresas japonesas finaliza, normalmente, el 31 de marzo.
Nissan reconoce la petición de prórrogas a sus proveedores
En una declaración obtenida por la propia Reuters, Nissan reconoció que había ofrecido “mejores condiciones de pago flexibles” a sus proveedores. La compañía señaló asimismo que esta decisión se habría tomado con la intención de mantener suficiente liquidez para apoyar las actuales reformas internas y, asimismo, los pagos acordados por la empresa.
De esta forma, y según se puede ver en los correos a los que Reuters ha tenido acceso, un director económico señaló como un posible beneficio de 150 millones de euros el retrasar unos pagos más allá del segundo trimestre del año. Pero no es el único, y otro documento interno, de octubre de 2024, mostró cómo, solicitando prórrogas a más de una docena de proveedores de Nissan, el tercer fabricante de Japón podría ahorrarse hasta 59 millones de euros.
Así, Nissan estaría ganando tiempo -y reservando efectivo- a la espera de que, en los próximos meses llegue al mercado la tercera generación del Nissan Leaf y el nuevo Nissan Micra -basado en el actual Renault 5 E-Tech-, pero también se espera que la empresa lance incluso un coche más pequeño, que podría recuperar el nombre de Nissan Pixo.