La fábrica de Tesla en Alemania también depende del gas ruso: ¿y si cortan el grifo?

Grandes fábricas industriales como la Gigafactoría de Tesla en Berlín dependen en gran medida del gas ruso. Si la Unión Europea decide incluir el gas en su próximo paquete de sanciones a Rusia, la Giga Berlín podría ver comprometido su funcionamiento.

 La fábrica de Tesla en Alemania también depende del gas ruso: ¿y si cortan el grifo?
La fábrica de Tesla en Alemania también depende del gas ruso: ¿y si cortan el grifo?
07/04/2022 17:24
Actualizado a 07/04/2022 17:24

La farragosa burocracia alemana hizo que la Gigafactoría de Tesla en Berlín se inaugurase mucho más tarde de lo que al fabricante estadounidense le hubiera gustado. Pese a los retrasos, la fábrica ya ha comenzado a trabajar y Tesla ha empezado con las entregas de sus primeros coches fabricados en Alemania. Y ahora, apenas un par de semanas después de su inauguración, sobre la Giga Berlín sobrevuela la amenaza de tener que cerrar por falta de gas.

La fábrica de coches que Tesla tiene en Brandenburgo, Alemania, la conocida como Giga Berlín, se podría enfrentar a un posible paro en la producción si la Unión Europa y el gobierno alemán deciden finalmente llevar adelante el embargo de gas ruso como parte del nuevo paquete de sanciones a Rusia tras su invasión militar en Ucrania.

Las sanciones impuestas a Rusia por varios países, entre ellos los que forman la Unión Europea, han afectado a multitud de sectores y bienes de todo tipo procedentes del país que gobierna Vladimir Putin. Sin embargo, el gas ha sido una excepción debido a la fuerte dependencia que tienen algunos países de la Unión Europea, entre los cuales destaca Alemania, que importa de Rusia más de la mitad del gas que consume.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha dicho que están «trabajando en sanciones adicionales, incluso sobre las importaciones de petróleo», lo que pondría en mayores aprietos a las finanzas del Kremlin pero también a las industrias (y hogares) de buena parte de Europa. Pero hay, además, otra posible amenaza y es que Rusia decida cortar el suministro de la noche a la mañana en respuesta a la nacionalización temporal de Gazprom

Si se da alguno de los dos escenarios, determinadas industrias alemanas estarían en serios apuros para seguir funcionando, incluida la recientemente inaugurada fábrica de Tesla en Berlín. El informe de impacto medioambiental de Tesla para su Gigafactoría de Berlín estimaba un consumo de gas natural de 16.000 N/m³ por hora, que se utilizan principalmente para los hornos de fundición y para calentar los hornos de secado del taller de pintura. El 60% de las necesidades energéticas de la fábrica dependen del gas, según el informe.

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El gas natural es imprescindible para calentar los hornos de fundición y secar la pintura, entre otras cosas.

«Si Putin cierra el grifo del gas o el gas deja de llegar por parte alemana, los hospitales y las escuelas tendrán máxima prioridad», según el líder del grupo parlamentario de los Verdes de Brandenburgo, Benjamin Raschke. El político añadió que los consumidores y los ciudadanos tendrían «protección absoluta», mientras que empresas como Tesla tendrían que ser las primeras damnificadas y «las primeras en cerrar». Dos gasoductos llamados JAGAL y OPAL pasan cerca de la planta de Tesla en Grünheide. 

A principios de esta semana, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, declaró que la filial alemana de la compañía gasística rusa Gazprom sería puesta bajo tutela del gobierno con efecto inmediato para garantizar la seguridad del suministro en Alemania. Según Habeck, eso «incluye no exponer las infraestructuras energéticas de Alemania a decisiones arbitrarias del Kremlin». Y es que la Gigafactoría de Tesla no sería la única gran industria perjudicada.

Grandes consumidores como la planta química de BASF en Schwarzheide, a unos 120 kilómetros de la fábrica de Tesla, o las fábricas de cemento y acereras son algunos ejemplos de grandes fábricas industriales que también podrían verse afectadas. De momento, la producción del Tesla Model Y continúa con normalidad y el objetivo es ir aumentando progresivamente el ritmo productivo de la planta hasta los 500.000 coches anuales deseados.

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