Se estima que 3 de cada 10 teléfonos móviles que hay en el mundo son de Apple. Si bien los de Cupertino los diseñan, no los fabrican. Esa labor corresponde a otra empresa de la que posiblemente no hayas oído hablar en tu vida: Foxconn. Se trata de una de las empresas de tecnología más importantes y ricas del mundo. También fabrican otros productos como iPads o libros electrónicos, llegó incluso a fabricar consolas como la PlayStation 3 y la Xbox 360, entre otras. A pesar de dominar la industria de la producción de dispositivos, Foxconn siempre ha anhelado los coches eléctricos.
Allá por el 2021, Foxconn presentó en sociedad su división de automoción a la que bautizó con el nombre de Foxtron. En una gran ceremonia de presentación dieron a conocer tres coches completamente diferentes. Sus tres primeros coches, apoyados en una plataforma común; una berlina, un SUV y un autobús. La plataforma modular MiH era una estructura de código abierto. Una vez más, Foxconn esperaba tener clientes a los que vender su tecnología y, de paso, fabricar los vehículos, además de los suyos propios.

En 2026 Foxconn fabricará su primer coche, pero no en Ohio
Sin embargo, y a pesar del enorme poder que Foxconn tiene en el mundo, hoy, cuatro años después de aquella fecha, siguen sin fabricar una sola unidad y eso que tenían dónde hacerlo. En 2021 la empresa taiwanesa compró la fábrica de Lordstown, a la empresa Workhorse Group, fabricante de la fallida camioneta eléctrica Lordstown Endurance, por 230 millones de dólares. El antiguo complejo perteneció a su vez a General Motors, que fue el encargado de construirla en la década de los 60. La fábrica tiene capacidad para fabricar varias decenas de miles de unidades por año a máximo rendimiento.
A pesar de ello no ha salido ni un sólo coche de las líneas de montaje en el último lustro. Durante estos años Foxconn ha tratado por todos los medios de acercarse al mercado automovilístico, ya sea a través de su propia marca o mediante la compra de participaciones de fabricantes ya asentados. La más reciente ambición ha sido la de comprar a Renault su participación en Nissan. Los japoneses, inmersos en graves problemas económicos, han rechazado el apoyo de Foxconn, que una vez más se ha quedado sin socio.

Más recientemente, en mayo de este mismo año hemos conocido que finalmente, Foxconn ha conseguido meter la cabeza en la industria del automóvil. Fabricará coches para una marca japonesa, Mitsubishi, a partir del próximo año. Sin embargo, no lo hará en su fábrica de Ohio dado que acaba de venderla a otra empresa por un total de 375 millones de dólares. 88 millones por el valor del terreno y el resto del dinero por toda la maquinaria y los equipos instalados en la nave. El comprador misterioso, llamado Crescent Dune LLC, no ha declarado para qué usará las instalaciones.