Para Wulf Stolle, consultor automovilístico, “las regulaciones de la UE provocarán graves pérdidas” en la industria

La archiconocida ley que entraría en vigor en 2035 en toda la UE eliminaría de facto los motores de combustión en todo el territorio. Esto, según Wulf Stolle, no es una buena idea para el sector.

El director del estudio de Kearney, Wulf Stolle, defiende la postura de la industria europea.
El director del estudio de Kearney, Wulf Stolle, defiende la postura de la industria europea.
08/12/2025 10:30
Actualizado a 08/12/2025 10:30

Por todos es conocido ya que, a partir del año 2035, se acabó la venta de vehículos con motores de combustión en Europa. Esto no sólo aplicará a los que cuenten con un sistema de gasolina o diésel ‘tradicional’, sino también a los híbridos de cualquier tipo. Es decir, desde el mencionado año, no se podrán vender coches que generen algún tipo de emisión de carbono.

Esta decisión lleva tomada por parte de la Unión Europea varios años. De hecho, cuando se llegó a esto, los planes de la ejecutiva del Viejo Continente no eran otros que, para el 2025, las ventas de coches eléctricos rondarían el 50% de cuota de mercado. Sin embargo, la realidad aún está muy lejos de ser esta. Por ello, Ursula Von Der Leyen y su equipo ya estaría meditando el dar ‘marcha atrás’ a este proyecto.

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La industria europea estaría actualmente 'acorralada' entre los mercados chino y estadounidense.

La industria europea podría ver caer sus beneficios con las regulaciones ‘antiemisiones’

Desde la industria automotriz se ha instado en numerosas ocasiones a la ejecutiva europea a modificar dicha ley para aceptar vehículos de bajas emisiones o motores alimentados por combustible sintético. Ahora se ha dado a conocer un reciente estudio lanzado por la empresa consultora estadounidense, Kearney, el cual reforzaría aún más las posibles consecuencias de su aplicación.

El autor de este estudio, Wulf Stolle, explicó este informe al medio Der Spiegel donde dejó claro lo siguiente: “Las empresas automovilísticas europeas ya no son competitivas en China en lo que respecta a los vehículos eléctricos a batería. Al mismo tiempo, las políticas arancelarias estadounidense del presidente Donald Trump están obstaculizando el acceso a este mercado”.

Para el experto automovilístico, esto supone el acorralar a la industria europea. Por un lado, las marcas chinas están tomando un protagonismo mucho mayor en su país de origen, mientras que en Estados Unidos se aboga por un proteccionismo que apenas deja hueco a la industria que llega desde fuera. “Esto hace que el mercado interno europeo sea especialmente importante”, afirmó Stolle.

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Para los fabricantes europeos, la industria local sería de vital importancia para la próxima década.

“Los límites de emisiones de la flota de la Unión Europea están generando una presión regulatoria y financiera sin precedentes”, continuó. En la intervención también apuntó que su compañía (Kearney) anticipó que los márgenes de beneficio de grandes fabricantes como Volkswagen, BMW, Mercedes, Stellantis o Renault podrían caer del actual 5,5% a un mínimo del -2,9% en 2030 si continúa la aplicación paulatina de la conocida ley de 2035.

“Las regulaciones de la Unión Europea provocarán graves pérdidas para 2030. Los fabricantes europeos podrían atravesar un doloroso proceso de reducción de personal”, afirmó Stolle. De hecho, el experto no cree que la esperada modificación de la ley 2035 sea suficiente para salvar al sector europeo. Como ya hemos mencionado, esta variante prevé el uso de motores de combustión en mecánicas híbridas enchufables o en los llamados vehículos eléctricos de autonomía extendida.

Para él, esta modificación no sería la solución, ya que “las excepciones temporales sólo prolongarían el declive gradual de la industria automovilística europea”. A esto añadió: “El motor de combustión o las marcas consolidadas ya no son determinantes. En cambio, el liderazgo del mercado está cada vez más enfocado en la experiencia en baterías y software. En estas áreas los fabricantes chinos están por delante de sus homólogos europeos, lo que indica una ruptura estructural en la industria”, concluyó.