En las carreteras españolas, especialmente en las ciudades grandes, la Etiqueta Cero es la única que abre todas las puertas. El problema es que conseguirla no es muy barato. Los coches eléctricos han empezado a solucionarlo, lanzando cada vez más modelos asequibles, pero no ocurría lo mismo con los híbridos enchufables, más versátiles, pero también más caros. Hasta ahora, ha llegado el primer PHEV barato de verdad y, como no podía ser de otra forma, es chino: el BYD ATTO 2 DM-i.
BYD repite la exitosa jugada del Seal U, tomando la base de un modelo eléctrico para crear un híbrido enchufable que, en mercados como el español, tiene un potencial de ventas mucho mayor. Uno de sus principales argumentos es su precio: está disponible desde 18.190 euros, aunque esa cantidad es incluyendo los descuentos promocionales y las ayudas del Plan Moves con achatarramiento. Sin ellas, el precio recomendado es de 28.200 euros.

Sigue siendo el mismo SUV compacto, el más pequeño que tiene la marca: 4.330 mm de largo, 1.830 mm de ancho, 1.675 mm de alto y 1.510 mm de distancia entre ejes. A pesar de la presencia de la batería, ofrece un maletero de 425 litros que se amplía hasta los 1.335 litros al abatir las plazas traseras.
Dos opciones mecánicas a elegir
La gama del BYD ATTO 2 DM-i está conformada por dos versiones diferentes, pero que comparten la misma base con un motor de gasolina de 1,5 litros y que anuncia una eficiencia térmica del 43 %, y una batería Blade Battery. La de acceso recibe el nombre del Active, consigue un rendimiento conjunto de 122 kW (166 CV), la batería tiene una capacidad de solo 7,8 kWh, homologa una autonomía eléctrica de 40 km y una autonomía total de 930 km.
La superior es la Boost. En esta la potencia del sistema crece hasta los 156 kW (212 CV), lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h (la punta es la misma en la otra versión). También crece la capacidad de la batería que, con 18 kWh, le permite ofrecer una autonomía eléctrica de hasta 90 km (por lo que esta variante disfruta de las ayudas máximas del Plan Moves) y una autonomía combinada que llega hasta los 1.000 km. Con un cargador de corriente alterna de 6,6 kW recarga del 15 % al 100 % en 3 horas.
Dos niveles de equipamiento
Las dos versiones mecánicas que se ofrecen también son dos niveles de equipamiento diferenciados. Como es habitual en BYD y pese a que es uno de sus modelos de acceso, la dotación de la que disfruta es bastante amplia incluso de serie.

El Active tiene pintura metalizada para la carrocería, llantas de aleación de 16 pulgadas, faros delanteros y traseros LED, retrovisores laterales ajustables eléctricamente, llave inteligente, limpiaparabrisas con sensor de lluvia, cuadro de instrumentos digital de 8,8 pulgadas, pantalla central táctil de 12,8 pulgadas, sensores de aparcamiento traseros, cámara de visión trasera, control de crucero adaptativo y función V2L.
A todo esto, el Boost añade llantas de aleación a 17 pulgadas, cristales traseros tintados, techo panorámico con cortinilla eléctrica, volante calefactable, asientos delanteros calefactables con ajuste eléctrico, base de carga inalámbrica para smartphones de 50 W, sensores de aparcamiento delanteros y cámara de 360 grados.
