Los tiempos cambian y lo hacen muy deprisa. Las tendencias de mercado son volátiles. Lo que es efectivo hoy no tiene por qué serlo mañana. Las marcas necesitan flexibilizar la oferta para atender a la demanda. Todos sabemos que los SUV han centrado toda la atención de la industria desde principios de siglo. Cientos de unidades diferentes que empiezan a colapsar ante un exceso de catálogo. El coche eléctrico también ha cambiado el planteamiento. Los conductores necesitan vehículos baratos y asequibles. Eso puede suponer un grave problema para uno de los fabricantes más importantes del mundo, Ford.
Los americanos han apostado fuertemente por los SUV y las pick-up. A partir de 2018 empezaron una campaña para alterar la gama de vehículos, eliminando algunos modelos o carrocerías que nos habían acompañado durante mucho tiempo.
En Europa hemos notado la ausencia de coches como el Ford Modelo o el Ford Fiesta. El utilitario ha estado con nosotros durante 47 años, desde 1976 hasta 2023. En julio del año pasado la producción se detuvo definitivamente sin dejar sucesor natural. Una triste despedida que ha abierto una brecha en plena línea de flotación de la marca del óvalo.
La división de eléctricos pierde miles de millones al año
Ford tiene serios problemas con su división eléctrica. La unidad Ford Model E acumula miles de millones de dólares en pérdidas. Por cada coche eléctrico que vende, la casa pierde 47.000 dólares. Una escandalosa cifra que no va a menguar rápidamente ya que los americanos no logran acercarse al público. ¿Por qué? Porque le faltan vehículos competitivos en precio y presentación.
Los americanos no son los únicos en darse cuenta de la necesidad de presentar coches eléctricos baratos, pequeños y asequibles. En toda la industria corre una ola de cambio y son varios los modelos que veremos próximamente, empezando por el Renault 5.
En la última revisión de resultados, Jim Farley, CEO de Ford, anunció al mundo que un equipo de ingenieros ha estado desarrollando en secreto una plataforma para vehículos eléctricos pequeños. Si bien no ha adelantado fechas o posibles lanzamientos, el hecho resulta bastante significativo en sí mismo.
En Michigan se han dado cuenta de que es imprescindible ofrecer coches baratos para así expandir el negocio electrificado. El problema al que se enfrentan ahora es que esa estrategia puede llegar demasiado tarde. Como ya hemos dicho, varios son los modelos de pronto lanzamiento, sin tener en cuenta la cada vez más numerosa oferta china.
Ford también se sumará a ese carro, pero lo hará con el Ford Puma como vehículo de lanzadera. Ya sabemos que se llamará Puma Gen-E y que verá la luz este mismo año. Entre sus destacadas cifras merece la pena mencionar una autonomía estimada de 400 kilómetros.
Otra, no tan positiva, será el precio. Por el momento, no hay datos oficiales, pero todo hace pensar que Ford venderá su Puma eléctrico por un precio mínimo de 35.000 euros. Mucho más de lo que demanda el mercado.
Más caro si cabe será el Ford Explorer eléctrico. Tras un año de retraso, por fin el SUV derivado de la asociación con Volkswagen verá la luz. Su tarifa básica será incluso superior, aproximadamente 45.000 euros.
