Habrá muchos coches eléctricos, pero no dónde cargarlos

Un estudio de McKinsey asegura que instalar puntos de carga para coches eléctricos junto a las mangueras de carburantes de las estaciones de servicio no será suficiente para satisfacer la demanda de conexiones públicas que prevé.

2018073114005596593.jpg
2018073114005596593.jpg
31/07/2018 16:03
Actualizado a 17/08/2018 13:06

Actualmente existen alrededor de 400.000 puntos de recarga en el mundo para suministrar energía a más de tres millones de vehículos eléctricos. Según McKinsey, para el año 2030 se espera que el 20% de la cuota de mercado automovilístico mundial corresponda a coches eléctricos a batería e híbridos enchufables. Para que los pronósticos de este reciente informe de se cumplan, el tamaño de la infraestructura de recarga deberá crecer en gran medida, acorde a las necesidades de un público que cada vez más dependerá de las conexiones públicas.

Según la consultora norteamericana, para el año 2030 el 40% de los propietarios de un coche eléctrico en China dependerán de las estaciones de uso público para cargar su coche. La cifra aumenta hasta el 45% de los usuarios de vehículos eléctricos en Europa, con un importante aumento en el ritmo de crecimiento de los usuarios de la red pública de recarga a partir de 2025. En el caso de Estados Unidos, donde los ciudadanos con plazas de garaje y puntos de recarga vinculada en propiedad será mayor, el porcentaje se reduce al 10% de los conductores de vehículos eléctricos.

mckinsey-puntos-carga-coche-electrico

Evolución de la demanda estimada de estaciones de carga públicas (en millones de conexiones) entre 2018 y 2030. (Fuente: McKinsey)

McKinsey recalca que instalar puntos de carga junto a las mangueras para carburantes en las estaciones de servicio no será suficiente para satisfacer la demanda de conexiones públicas que prevé. Se necesitan múltiples estaciones de recarga rápida con ocho conexiones a 120 kilovatios para suministrar una cantidad de energía similar a la que distribuye hoy en día una gasolinera de tamaño estándar.

Esta tesitura podría llevar a una demanda elevada de terrenos y superficies donde instalar puntos de recarga para coches eléctricos. En el caso de Europa, únicamente el 40% de los conductores de vehículos eléctricos tendrán acceso a un parking privado donde instalar un conector de pared para la carga vinculada. En cuanto a China, la cifra se reduce al 30%, mientras que en el caso de Estados Unidos, el 75% de los propietarios podrán estacionar su vehículo eléctrico en una propiedad privada donde recargar sus baterías.

Pero el reto no reside únicamente en encontrar donde conectar el coche y recargar la batería, sino que el origen de la energía que utilizaremos para ello también será altamente relevante. En la actualidad, las empresas energéticas pueden suministrar sin inconveniente la energía que demandan los vehículos eléctricos, incluso aunque el parque motor eléctrico aumente considerablemente en los próximos años. Esto es posible gracias a que la mayoría de coches se recargan por la noche, en horario valle, cuando la demanda energética está en su punto más bajo. En cambio, la recarga rápida durante los horarios pico tendrá un gran impacto: McKinsey asegura que un solo coche cargando a máxima velocidad genera una demanda energética equivalente a la de 80 viviendas de tamaño medio en hora pico.

Este y otros retos deberán ser abordados mediante innovaciones tecnológicas, como los sistemas de almacenamiento energético para el hogar y las conexiones V2G (vehículo a red). También tomarán relevancia las directrices por parte de los gobiernos para tratar de equilibrar la demanda y el consumo energético del transporte y los hogares. Este es el caso de China, que según McKinsey logrará establecer 4,8 millones de estaciones de recarga pública para el año 2020 gracias a la política centralizada y las normativas obligatorias del Gobierno de Xi Jinping.

Por el contrario, fuera de China el reto se presume mayúsculo. Por ejemplo, en California, las empresas de energía tratan de conseguir ayuda financiera por parte del gobierno para expandir la red de recarga mediante inversiones que deberán devolver de forma regulada. Por otro lado, la inversión privada recaerá especialmente por parte de los grandes centros comerciales y empresas minoristas, que invertirán en más estaciones de carga gratuita para ofrecer a sus clientes la posibilidad de recargar su coche mientras realizan la compra. A raíz de una demanda de infraestructuras en crecimiento, empresas como Volta están proponiendo a este tipo de establecimientos soluciones creativas para financiar la instalación de los puntos de carga y su energía a través de patrocinadores publicitarios.

Sobre la firma
Jorge J. Castells