¿Un ‘tubo de escape’ para coches eléctricos?, ¿estamos locos o qué? No, o al menos no lo están los ingenieros de General Motors -GM- que han patentado un sistema de funcionamiento similar a uno de estos tubos para coches eléctricos.
Hasta la fecha, una de las pocas referencias de ‘un tubo de escape’ relacionado con coches eléctricos era el sistema de sonido y vibraciones que emula el sonido de un motor V8 en el Dodge Charger. Y no, no estamos locos: cumple su objetivo y funciona relativamente bien.

General Motors patenta el tubo de escape para eléctricos… después de Stellantis
Pero con este muscle car eléctrico en serio peligro debido a sus bajas ventas, a comienzos de año Stellantis presentó la primera idea de ‘un tubo de escape’ para coches eléctricos, mejor dicho “un sistema de escape para coches eléctricos” que, en realidad, se trata de un túnel para acumular y liberar los gases que se pueden producir si las baterías de los coches eléctricos se sobrecalientan.
El sistema de General Motors es similar pero, a la vez, diferente. Tiene el mismo objetivo que el ‘tubo de escape’ para coches eléctricos de Stellantis: reducir el calor de la batería en caso de sobrecalentamiento de la misma y evitar así el riesgo de un posible incendio y que éste cause aún más daños en la misma.
Y es que, cuando las baterías de un coche eléctrico se sobrecalientan -algo que ocurre, estadísticamente, en muy pocas ocasiones-, pueden liberar gases que incluyen hidrógeno e hidrocarburos como metano, etano, etileno, acetileno, propano y butano. Sustancias inflamables que quedan acumuladas en la carcasa de la batería y que, al exponerse a altas temperaturas, pueden llegar a incendiarse.
Pero el sistema patentado por General Motors funciona de un modo distinto al ideado por Stellantis. De hecho, y aunque persigue el mismo objetivo, apenas se le puede denominar ‘un tubo de escape’.

Y es que el dispositivo de origen norteamericano se trata, en realidad, de una serie de válvulas, repartidas a lo largo de toda la batería y, por ende, de todo el coche; que permite liberar estos gases calientes a la atmósfera.
Por eso, más que un ‘tubo de escape’, a riesgo de parecer algo locos casi podríamos referirnos a ellos como una serie de válvulas como las que existen en las ollas a presión.
Además, el sistema patentado por Stellantis incorporaba asimismo una especie de catalizador que reducía aun más los peligros de los gases emanados durante ese posible calentamiento de la batería de los coches eléctricos.
Tal y cómo reza la patente que Stellantis presentó ante la Administración estadounidense, “en el sistema de escape de la batería, los gases pasan por un gran número de zonas de tratamiento en las que la corriente de gas se trata químicamente para eliminar o al menos reducir la proporción de componentes químicos críticos de la corriente”.