En el sentido comercial, hubo tiempos más prolíficos para Subaru, una marca que en la era del coche híbrido y eléctrico ha quedado relegada a un papel casi testimonial. Esto es así a pesar de tratarse del único fabricante que puede seguir la pista a Toyota en términos de fiabilidad. Ahora, la firma ha renovado al rival directo del RAV, el modelo más vendido de Toyota. Hablamos del Subaru Forester.
La mayor parte de los cambios que el fabricante japonés ha llevado a cabo tienen lugar en el exterior. No es una nueva generación del modelo, sino una profunda renovación.
Los más significativos se encuentran en el frontal, muy americano en cuanto a las proporciones por su alto capó y lo vertical que es su parrilla. Se trata de un aspecto que tiene sentido, ya que, precisamente, el mercado estadounidense es el más fructífero para el modelo, que el año pasado puso en las calles unas 185.000 unidades, la mayoría matriculaciones relativas a Canadá y Estados Unidos.
La trasera también muestra cambios evidentes. Ahora es mucho más moderna, de apariencia más tecnológica, aunque deja entrever dos grandes salidas de escape circulares.
Uno de los aspectos que más marca la pauta en su diseño exterior, más allá de sus soluciones estéticas, son sus cotas todoterreno, especialmente la altura libre al suelo. Son nada menos que 23 centímetros los que separan la carrocería del Forester de la carretera, lo que certifica que sigue siendo un turismo diseñado para abordar caminos y senderos fuera de asfalto de manera solvente, algo para lo que ni siquiera están pensados el 95 % de los crossover y SUV a la venta.
En el interior, aunque la marca ha actualizado el sistema de info-entretenimiento, los cambios son menores. La protagonista sigue siendo la pantalla central en disposición vertical, que puede ser de 8 o 11,6 pulgadas. Los más puristas agradecerán que siga habiendo dos relojes analógicos en el cuadro de mandos, a los que acompaña una pequeña pantalla multifunción entre ellos. Sí que se han eliminado los controles físicos giratorios para el sistema de la climatización, que ahora se integran en la pantalla central, una solución siempre criticable a causa de la merma en funcionalidad y seguridad.
En la parte mecánica la marca incorporará su histórico motor boxer. Está previsto que, de llegar finalmente a España, no haya cambios significativos con respecto a la mecánica electrificada que actualmente se comercializa aquí, salvo alguna mejora puntual. El conjunto técnico está compuesto por un motor de gasolina que tiene una capacidad de 2,5 litros, es atmosférico y, en total, con la asistencia de motor eléctrico, de 150 CV. Mantiene también el Forester una de las señas de identidad de Subaru: su tracción total.
En España, el actual Subaru Forester está a la venta desde 37.400 euros, un precio similar al del Toyota RAV4, que parte desde 38.000 euros. El modelo de la firma estrellada rinde 150 CV, homologa un consumo de 8,1 litros (muy alto) y ofrece 501 litros de volumen de carga en su maletero.
Por el mismo dinero, prácticamente, el RAV4 es mucho más potente (218 CV en la versión básica), consume mucho menos (homologa 5,7 litros) y tiene un maletero superior (580 litros), lo que explica las diferencias en el apartado comercial.
