Tesla ha vuelto a hablar del Roadster de segunda generación, el deportivo 100% eléctrico que se mostró en 2017 y que, casi ocho años después, sigue sin llegar al mercado. Aunque el proyecto ha sufrido múltiples retrasos, la compañía insiste en que no está cancelado, y ahora promete que será “el último gran coche para conductores”, antes del dominio total de la conducción autónoma.
Durante el evento X Takeover celebrado en California hace unos días, Lars Moravy, vicepresidente de Ingeniería de Vehículos en Tesla, brindó un avance sobre el desarrollo del nuevo Tesla Roadster. Según explicó, en una era donde los coches autónomos están cada vez más cerca de convertirse en la norma, el objetivo de Tesla es que el Roadster ‘2.0’ sea el mejor coche enfocado al conductor antes de que los ordenadores tomen el control del volante de forma definitiva.
“Pasamos los últimos años pensando una y otra vez qué hace que un coche sea realmente emocionante. Lo hemos mejorado continuamente. No es solo un coche; es algo más”, dijo Moravy en X Takeover.
Una promesa más y una demo “impactante”

Elon Musk también ha insinuado en la red social X, de la que es propietario, que la “demostración más épica de la historia” tendrá lugar antes de que termine el año 2025, algo que probablemente esté relacionado con el Tesla Roadster. Moravy confirmó esta idea y calificó lo que está por llegar como un demo “genial” y “alucinante”, aunque sin revelar detalles concretos.
El nuevo Tesla Roadster será un deportivo con carrocería coupé de cuatro plazas, con un techo de cristal desmontable estilo al los Targa de Porsche, con tracción total, y prestaciones impresionantes. Sobre el papel, la compañía de Musk ha prometido una aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en menos de 1,9 segundos y una velocidad punta superior a los 400 kilómetros/hora. Además, la autonomía máxima se cifra en 1.000 kilómetros por recarga, aunque no será en la versión más potente y radical, que podrír hacer el 0 a 100 kilómetros/hora en menos de 1 segundo.

Sin embargo, Elon Musk ha dicho que la aceleración es “la parte menos interesante” del automóvil, y eso que en el pasado ha llegado a afirmar que una versión con la opción “SpaceX” podría incluir propulsores similares a los de los cohetes aeroespaciales para alcanzar la cifra mencionada anteriormente.
Una promesa repetida en medio de dudas reales

A pesar de las palabras grandilocuentes, el Tesla Roadster sigue siendo un coche que nadie ha recibido a pesar de la reservas que se han hecho desde la apertura de las mismas. Tesla permite reservar una unidad con un depósito reembolsable de 5.000 dólares, seguido de un segundo pago de 45.000 dólares en los siguientes 10 días. El precio final rondaría entre los 200.000 y 250.000 dólares (entre 170.000 y 214.000 euros al cambio de divisa), dependiendo de la configuración.
El contexto del mercado tampoco es el más favorable. Los deportivos eléctricos no están teniendo una acogida masiva entre los compradores de superdeportivos, que siguen prefiriendo los motores de combustión, a menudo montados en posición central. Incluso Mate Rimac, fundador del fabricante croata que produce el hiperdeportivo Nevera, ha reconocido que las ventas son limitadas porque los clientes de este segmento buscan una experiencia más “analógica”.
Además, Tesla atraviesa un momento complicado. Las ventas han empezado a caer, y la compañía se prepara para lanzar un nuevo modelo más económico, que no es más que una versión básica del Tesla Model Y. La esperada berlina de entrada, apodada “Tesla Model 2”, sigue sin materializarse.