Jaguar se encuentra en una etapa convulsa, con noticias confusas sobre si ha echado o no a su jefe de diseño, creador del primer modelo de su nueva era. Es un vehículo que ha generado polémica como pocos, pero que avanza en su desarrollo y al que algunos ya han podido subirse para probar.
Rawdon Glover, Director General de Jaguar, ha hablado con los medios, como Autocar y AutoExpress, siendo claro respecto a su nueva creación: la controversia es buscada, no tiene que parecerse a nada que haya en la carretera y, en realidad, a sus compradores no les importará que sea eléctrico.

Un Jaguar como un Jaguar tiene que ser
“La ironía de todo el revuelo [en torno al prototipo] es que este coche nos devuelve a un terreno donde su impacto es inigualable, en lugar de sedanes y SUV de gran calidad. Tenemos una larga trayectoria rompiendo moldes y volviendo a empezar, y esta es la respuesta a la pregunta: ‘¿Cómo debería ser un Jaguar del siglo XXI?’”, explica.
El coche no ha dejado indiferente a nadie, algo que es buscado, ya que explica que “no debería ser como ningún otro modelo en la carretera: más bajo, proporciones impactantes, sensación de dramatismo; es una declaración de intenciones y un coche que no pasará desapercibido”. El motivo para esto es seguir el legado rupturista de los modelos más icónicos de la historia de la marca: “Es el aspecto que debería tener un Jaguar, y aquí es donde Jaguar se encuentra en su mejor momento: el E-Type, el XJ220, el XJS, el XJC. En aquel entonces, ningún Jaguar se parecía a eso, y por eso estamos desarrollando primero el GT de cuatro puertas”.
Supone un cambio de paradigma para la marca, que pasa de operar en un segmento premium a saltar a uno de ultralujo, pero Glover cree que “si lo hacemos bien, funcionará” y que “ahí tenemos un espacio para nosotros”.
En cuanto al modelo de negocio para este vehículo, lo tienen claro: “Muchos competidores ofrecen personalización a medida, y luego es flexible. La expectativa es que si se vende un coche así, quiero personalizarlo, y entonces hay un nivel de ingresos mucho mayor. Las tiradas cortas o los coches a medida forman parte de nuestro plan de producto”.

La idea es crear un modelo base que, después, cada cliente personalice, llegando incluso a gastar más dinero de lo que cuesta el coche en sí. Respecto al precio, comenta que “creemos que el precio base oscilará entre 117.000 y 120.000 libras [entre 133.000 y 137.000 euros], pero nuestra visión de diseño es que los propietarios que elijan el modelo de mayor rendimiento y aprovechen las oportunidades que les ofreceremos para personalizar sus coches podrían pagar 150.000 libras o más”.
No importa que sea eléctrico
El nuevo vehículo va a ser un eléctrico con más de 1.000 CV de potencia, pero a pesar de la cifra no cree que sea algo relevante: “Lo más importante es que no se comprará solo por ser un coche eléctrico. La gente compra estos coches porque quieren imaginarse saliendo de él, quieren que tenga un aspecto espectacular, quieren que sea un lugar relajante. El sistema de propulsión es un factor que está muy abajo en la lista”.
Respecto a por qué piensa así, concreta que “la gente compra coches a este precio por razones viscerales y emocionales, ya que el motor es mucho más barato. Se trata de la marca, el diseño exterior, el interior y el comportamiento del vehículo; la gente no elige por el motor”.
También ha dado fecha para su llegada: “Este coche estará listo a finales de 2026, así que la plataforma se usará durante siete u ocho años. Como en el hockey sobre hielo, los jugadores patinan hacia donde va el disco, no hacia donde está ahora”.
