El reinado de Carlos Tavares siempre será recordado como uno de los más complicados y exigentes de la industria moderna. El empresario portugués ha estado al frente de Stellantis desde su fundación el 16 de enero de 2021 hasta su dimisión el pasado 3 de diciembre de 2024. Casi cuatro años liderando uno de los mayores conglomerados de la industria del motor. Su espantada ha sido en gran medida provocada por una estrategia que no está consiguiendo los objetivos programados. El coche eléctrico ya no es el eje principal de la estrategia de Stellantis. La compañía rompe con la era Tavares y abre el camino a nuevas mecánicas de cara al futuro.
A pesar de haber mostrado grandes resultados económicos durante años, en el seno de Stellantis se estaba creando un gran problema. La compañía, formada por 14 marcas a escala internacional, parece falta de un proyecto a largo plazo. El 1 de marzo de 2022 el propio Tavares presentó el gran plan “Dare Forward 2030”. Un plan de lanzamientos de cara al 2030. El coche eléctrico se iba a convertir en pieza fundamental de la estrategia. Muchas de las marcas del conglomerado como DS, Lancia o Alfa Romeo anunciaron su escalonada agenda de electrificación. Sin embargo, los resultados no están cubriendo las expectativas generadas.

Stellantis tiene que tomar una decisión urgente sin que haya nadie al mando
El caso más notable ha sido el del FIAT 500e. Los italianos habían apostado por erradicar cualquier otra mecánica que no fuese la eléctrica para el más carismático y pequeño de sus coches. Sin embargo, los últimos balances demuestran que las ventas del 500 han caído estrepitosamente. El 500e es caro y tiene poca autonomía, por lo que es prácticamente imposible de vender. FIAT no ha tenido más remedio que cambiar de rumbo rápidamente. A pesar de haber sido diseñado para ser 100% eléctrico, la nueva generación del 500 ha introducido versiones microhíbridas con las que poder recuperar las ventas. La supervivencia de la marca depende de ello.
No sólo la supervivencia de la marca, sino el puesto de trabajo de miles de empleados en todo el mundo. Stellantis ha amenazado con cerrar fábricas si la situación, que ellos mismos han generado, no se revierte. Ante este oscuro e incierto panorama se ha tomado la difícil decisión de no apostarlo todo al coche eléctrico. Así lo reconocen fuentes francesas. El periódico Les Echos apunta a que Stellantis retrasa el cambio a la movilidad 100% en Europa. Si bien no hay una declaración oficial, el grupo está tomando decisiones internas que revierten la estrategia de Tavares, al menos en lo que se refiere a los segmentos más pequeños del mercado. Además de versiones eléctricas habrá mecánicas híbridas.

El ya mencionado francés centra la atención en el Peugeot 208. Los segmentos más pequeños, A y B, se asentarán sobre la plataforma STLA S de la compañía, diseñada para no recibir ningún tipo de motor de combustión. Stellantis en general y Peugeot en particular se encuentran ante un momento crítico. La próxima generación del 208 está programada para el 2027, así que urge tomar la decisión final cuanto antes. La duda está en si usar una versión evolucionada de la actual plataforma SP2 o si por el contrario optar por una alternativa a la plataforma STLA S que se iba a emplear. A día de hoy Stellantis sigue sin tener un líder confirmado al frente. Tavares todavía no ha sido sustituido y es necesario que alguien tome la decisión final cuanto antes.