Mazda es un fabricante que suele abordar cada proyecto con un punto de vista que puede llegar a ser muy distinto de el del resto de marcas. Rehuyó del downsizing cuando el resto apostaron por él, y ahora ha dado con una fórmula mecánica en su SUV más tecnológico que no se puede encontrar en ningún otro coche a la venta.
Se trata del Mazda MX-30, un modelo lanzado al mercado en un principio como un coche eléctrico puro y que ahora también podemos encontrar en un formato híbrido enchufable mucho más acorde a lo que la gran parte del público demanda actualmente. Tiene, además, un habitáculo concebido con una alta calidad y un diseño de los más distinguidos que podemos encontrar dentro de su categoría.
No son estos, sin embargo, las mayores bazas o peculiaridades que posee, ni tampoco las que lo definen como producto comparándolo con su competencia más directa. Lo que realmente lo diferencia lo encontramos en su peculiar mecánica y posicionamiento en el mercado.
Por sus 4,39 metros de largo, las formas de su carrocería y 350 litros de maletero, estamos ante un modelo que se sitúa a caballo entre los segmentos B-SUV y C-SUV, por lo que es muy similar a un Kia Niro o el Toyota C-HR. Sin embargo, es mucho más asequible que estos dos modelos, cuyas versiones PHEV parten bien por encima de los 40.000 euros de precio.
El Mazda MX-30 R-EV no es un SUV con un motor de gasolina al uso que propulsa las ruedas directamente, como el 99 % de los híbridos a la venta, sino que su sistema es más parecido al del Nissan Qashqai E-Power, ya que sólo el motor eléctrico puede propulsar las ruedas, pero en esta ocasión una batería de mucho mayor tamaño permite recorrer distancias en mdo eléctrico muy superiores y lograr consumos más redicidos.
El motor de gasolina, al igual que en el SUV de Nissan, sólo puede enviar energía al eléctrico o a la batería, y no tiene cilindros y pistones como el resto, sino que se trata de un motor rotativo, el único de su especie actualmente en producción y a la venta en todo el mundo.
Por cómo está planteado todo el sistema, se considera un SUV híbrido enchufable y la homologación de sus consumos tiene lugar bajo el mismo proceso que estos, lo que da lugar a un consumo homologado de tan sólo 1 litro a los 100 kilómetros. Esta cifra sólo se podrá lograr si se recarga su batería a diario. De lo contrario, estaremos ante un coche de consumo similares a cualquier otro híbrido.
Su motor rotativo, el único de este tipo en producción en la actualidad, tiene una capacidad de 830 centímetros cúbicos y rinde sólo 75 CV, cifra que no tiene ningún tipo de peso en sus prestaciones, ya que es el eléctrico, de 170 CV, el que pone la potencia para la propulsión. Ofrece un 0 a 100 de 9,1 segundos y una máxima de 140 kilómetros por hora. La batería, por su parte, tiene una capacidad de 17,8 kWh, mientras que la autonomía eléctrica homologada se sitúa en los 85 kilómetros.
Otra particularidad del MX-30 reside en la apertura de sus puertas traseras, pues son de tipo suicida, ya que se abren en el sentido contrario a la marcha. Es una idea más cara y complicada de llegar a producción, pero los coches que hace uso de este tipo de puertas, normalmente, tienen un cómodo acceso a la fila trasera.
Todo lo anterior tiene un precio en España, antes de ayudas, de 38.050 euros (se puede beneficiar del Plan Moves III). Es más caro que sus rivales de similar tamaño, sí, pero también más barato que todos los que hacen uso de un sistema híbrido enchufable, salvo el MG EHS.
