Volkswagen quiere asumir la responsabilidad de llevar a la gente de a pie un coche eléctrico realmente asequible. No hablamos del modelo que derivará del ID2.all conceptual que fue presentado la pasada semana, sino de uno de enfoque realmente económico que se plantea como todo un reto para el fabricante alemán. De entre todos los desafíos que propone diseñar un turismo con estas características, más allá de la tecnología o concepto, la decisión más crítica puede estar en la ubicación eligida por la marca para fabricarlo.
Sobre este futuro modelo ha hablado Volkswagen recientemente, y de ello se ha hecho eco Automotive News, que ha recogido las declaraciones realizadas por Thomas Schaefer y Christian Vollmer, CEO y jefe de Producción de Volkswagen, respectivamente, en la presentación del ID2.all.
Mientras que hay muchos aspectos de peso ya decididos, como la química de las baterías (que serán de tipo LFP), a medida que se avanza en el proyecto aparecen otras cuestiones a las que la marca debe dar una meditada respuesta, pues no se trata de otro modelo cualquiera, sino de uno que requiere especial atención para no errar con su lanzamiento. "Tenemos casi la obligación de hacerlo bien. Esta es la verdadera liga de campeones. Debemos hacer un coche asequible".
Una de las cuestiones más relevantes es la elección del lugar de producción y, en este sentido, una alternativa que adquiere especial relevancia es La India, un país que cada vez gana más peso en los planes de grandes fabricantes. Stellantis, de hecho, recientemente ha dado comienzo a la producción de la versión eléctrica del C3 que se comercializa en La India, un modelo que con ligeros cambios se plantea como un potencial coche eléctrico asequible para Europa.
Entre los aspectos que aún quedan por resolver, están la denominación comercial que tomará el modelo (no es seguro, pues, que se bautice como ID.1) o la eleccíón de la plataforma sobre la que se basará Volkswagen para darle forma. En este sentido, hay varias vías por las que la firma puede decantarse, tal y como reveló Schaefer: "O resuelves el enigma a escala o reduces el tamaño de la batería o te asocias y lo amplías aún más. Todavía no lo hemos resuelto".
Es decir, si quieren dotarlo de una batería de cierto tamaño para que disfrute de una buena autonomía tendrán que enfocarlo como un modelo a gran escala (global, probablemente) o aliarse con un socio que produzca su propia versión del coche para, con ello, compartir gastos. Parece, entonces, que la plataforma MEB Entry que dará forma a los coches eléctricos de tamaño compacto del grupo queda prácticamente descartada.

Una de las claves absolutas en su fabricación, sin embargo, está en el tiempo que se emplee en fabricar el modelo en cuestión. Así lo ha explicado Volmer, quien asegura que no es tan crítica la ubicación exacta en la que se vaya a fabricar el modelo, como cuánto tarden en producirlo. "No importa dónde se fabrique el coche, si en Alemania, en Europa del Este o en el sur de Europa. Lo que importa es que emplees un máximo de 15 horas en construirlo", adelantando que la simplicidad en su técnica y diseño para una fabricación más fácil y una alta automatización en la línea de producción son dos aspectos que marcarán el porvenir del modelo.