Las baterías LFP de litio-ferrofosfato, la nueva revolución en China: su uso crece un 109% en junio

Las baterías de litio-ferrofosfato (LFP) sin cobalto instaladas en coches «de nueva energía» han aumentado su volumen de mercado un 109% en China durante el mes de junio. ¿Estamos ante una revolución en los coches eléctricos?

 Línea de fabricación de baterías de CATL en China.
Línea de fabricación de baterías de CATL en China.
13/07/2020 19:27
Actualizado a 22/07/2020 21:03

De acuerdo con el Instituto de Investigación de la Industria de Gaogong (GGII), el pasado mes de junio se instalaron en China 1,67 GWh de baterías de litio-ferrofosfato (LFP) en 19.000 vehículos de «nuevas energías», como llaman en el país asiático a los vehículos eléctricos de batería (BEV), de hidrógeno (FCEV) y los híbridos enchufables (PHEV).

Los 1,67 GWh de baterías LFP suponen un gran aumento interanual, una subida del 109% respecto al mismo periodo del año pasado en el uso de este tipo de tecnología. El fuerte crecimiento y expansión del mercado de las baterías LFP se debe, principalmente, al aumento de producción de autobuses eléctricos y de coches eléctricos e híbridos enchufables que equipan este tipo de baterías.

La cuota de mercado de las baterías LFP está llamada a seguir aumentando en los próximos meses, pues son varios los fabricantes que lanzarán al mercado más modelos eléctricos con estas baterías en el segundo semestre de 2020. Es el caso del Tesla Model 3, que este mismo empezará a montar baterías de litio-ferrofosfato de la compañía china CATL.

Por su parte, las baterías de litio ternarias (aquellas que utilizan la terna níquel-cobalto-manganeso en sus celdas) siguen siendo mayoría: se instalaron en 68.804 automóviles nuevos, alcanzando los 2,93 GWh con un crecimiento del 11% interanual.

¿Qué diferencia a las baterías de litio-ferrofosfato?

Las baterías de litio-ferrofosfato (LiFePO4) utilizan una química derivada de las baterías de ión-litio, por lo que comparten muchas de sus características y ventajas, incluyendo el elevado potencial electroquímico del litio. No obstante, presentan diferencias importantes: las baterías LFP no necesitan níquel ni cobalto, por lo que son mucho más baratas, son más seguras y tienen mayor vida útil.

No obstante, esta tecnología también presenta un inconveniente respecto a las baterías de iones de litio NCM y las NCA: una densidad energética más baja. Esto significa que, para un mismo volumen dado, pueden almacenar menos energía. En el caso de CATL han intentado solucionar este problema con un nuevo método de ensamblaje sin módulos, que permite aprovechar mejor el espacio y aumentar la autonomía del vehículo.

Sobre la firma
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Diego Gutiérrez

Redactor y probador de Híbridos y Eléctricos, desde 2019 cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.