El carguero Pyxis Ocean, propiedad de Cargill Ocean Transportation, hizo escala recientemente en el Puerto de Tarragona procedente de Brasil con 64.000 toneladas de harina de soja, dando visibilidad en España al que se considera el primer buque de carga a escala mundial equipado con tecnología eólica asistida.
Esta embarcación incorpora dos estructuras rígidas denominadas WindWings (velas de gran tamaño instaladas verticalmente) con una altura de 37,5 metros, anchura de 20 metros y una superficie combinada de aproximadamente 750 m². Su misión: aprovechar la fuerza del viento para reducir el consumo de combustible, en un paso hacia la ambición global de lograr un transporte marítimo más limpio.

Los buques eólicos recuperan la ‘energía del pasado’
El funcionamiento de estas velas es automático y está integrado en los sistemas del buque. Desde el puente de mando, varios sensores miden la velocidad y dirección del viento, y una pantalla táctil junto a un sistema de semáforos gestiona cuándo izarlas o bajarlas. La tecnología permite al Pyxis Ocean mantener velocidades convencionales de carguero, pero con un motor menos exigido, lo que se traduce en una reducción del consumo fósil de hasta un 14 % en condiciones medias.
En los mejores escenarios, se han constatado ahorros diarios de más de 11 toneladas de fuelóleo, lo que equivale a recortar unas 41 toneladas de CO₂ al día, o dicho de otro modo, dejar fuera de circulación a casi 480 automóviles convencionales.
La historia del Pyxis Ocean arranca formalmente en agosto de 2023, cuando comenzó a navegar con las velas instaladas tras un periodo de pruebas de seis meses en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, que lo llevaron por trayectos como el cabo de Hornos y el cabo de Buena Esperanza.
Desde marzo de 2024 opera ya en rutas comerciales entre Asia, América y Europa, lo que lo posiciona como un experimento real dentro del sector logístico marítimo, y no simplemente un prototipo. La escala en Tarragona no solo tiene una dimensión simbólica, sino que apunta a un interés creciente por parte del puerto catalán para posicionarse como infraestructura clave en la logística internacional sostenible.
Para el sector del transporte y la movilidad, el Pyxis Ocean representa una convergencia clara de tecnologías limpias transportadas al ámbito marítimo. El hecho de que, según la International Windship Association, ya naveguen cerca de 50 buques en el mundo que navegan con sistemas de asistencia eólica evidencia que la propulsión con viento sí es viable y está dejando de ser una curiosidad.
Para el sector de la movilidad eléctrica, principalmente centrado en tierra, este tipo de avances confirman que la descarbonización es transversal: no solo automóviles, autobuses o camiones, sino también buques de carga, ferrocarriles y otros modos de transporte están embarcando hacia el mismo objetivo.

El contexto regulatorio y de objetivos europeos y globales otorga al caso del Pyxis Ocean una dimensión estratégica. La Organización Marítima Internacional (OMI) fija como meta reducir al menos un 20 % de las emisiones del transporte marítimo para 2030 (respecto a 2008), alcanzar una disminución del 70 % en 2040, y encaminar el sector hacia la neutralidad climática en 2050. Frente a esta hoja de ruta, cada tonelada de combustible fósil que se deja de quemar a mar abierto cobra doble valor: ahorro económico y ambiental.
Sin embargo, no todo son ventajas. Hay matices que es importante destacar. Aunque el Pyxis demuestra que las velas rígidas instaladas en un carguero pueden aportar reducciones de consumo y emisiones, queda por ver cómo se escalan estas tecnologías a gran flota, con buques de diferentes tonelajes, rutas, vientos variables y exigencias logísticas muy diversas.
La inversión inicial es notable, y las condiciones óptimas de viento no siempre se dan en todos los tramos de navegación. Además, la integración con otros sistemas de propulsión (eólica complementaria, híbrida o completamente eléctrica) plantea desafíos técnicos y operativos.
El Pyxis Ocean puede considerarse un adelanto tangible del futuro de la logística marítima sostenible. La escala en el Puerto de Tarragona no es un mero hecho local, sino la manifestación de que tecnologías consideradas emergentes, como la propulsión eólica asistida en buques de carga, están saliendo del laboratorio para incorporarse al tráfico comercial.