Las baterías de las bicicletas eléctricas, un objetivo cada vez más jugoso para los cacos

Las cifras no mienten: con el aumento de la cantidad de bicicletas eléctricas en el mercado, también se han incrementado desproporcionadamente los robos de sus baterías.

En los Países Bajos, el robo de baterías de bicicletas eléctricas ha crecido un 300% de 2021 a 2022.
En los Países Bajos, el robo de baterías de bicicletas eléctricas ha crecido un 300% de 2021 a 2022.
11/02/2023 10:39
Actualizado a 11/02/2023 10:39

Países Bajos es uno de los lugares donde las bicicletas siempre han sido un medio de transporte muy utilizado. Siendo esta una tradición envidiable, también tiene algunos inconvenientes. Muchas bicicletas suponen muchos robos. Siembre se ha dicho que en Ámsterdam si te sustraían la bici podías volver a comprarla casi inmediatamente en el mercado paralelo de la segunda y tercera mano.

En los últimos años, son las bicicletas eléctricas las que se han vuelto muy populares entre los habitantes de sus ciudades. A la costumbre habitual se une un poco más de diversión, su practicidad y su precio asequible. Con su auge, se esperaba, lógicamente, que aumentará el número de robos. Pero lo que realmente ha ocurrido es que han sido sus baterías las que se han convertido en objeto de deseo de los cacos.

Un informe reciente de NL Times indica que el hurto de baterías de bicicletas eléctricas en 2022 experimentó un aumento del 300% respecto a 2021. Solo en los Países Bajos, se robaron 4.500 baterías en 2022, frente a las 1.500 reportadas en 2021. Detrás de estos datos hay una actividad ilegal con mucho dinero involucrado. Una sola batería podría tener un valor de más de 500 €. Y una bicicleta eléctrica completa podría revenderse fácilmente por 1.000 €.

Estos datos son solo los oficiales, cuando hay una denuncia de por medio. La realidad será mucho más dramática porque muchos de estos delitos ni siquiera llegan a las comisarias. Según SAFE, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la prevención del robo de bicicletas, las cifras proporcionadas por la policía apenas equivalen a un 10% del número real de robos de bicicletas en todo el país.

Esta situación se agrava si se incluye el robo de bicicletas estándar, no eléctricas, ya que muchas veces, las víctimas de este tipo de delitos ni siquiera se molestan en denunciarlos, ya que lo ven como una pérdida de tiempo. 

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Los sistemas de seguridad basados en posicionamiento mediante GPS ayudan a disuadir los robos de bicicletas eléctricas.

La tecnología no tiene todas las respuestas, pero ayuda

Los sistemas que hoy en día se embarcan en muchas de las bicicletas eléctricas del mercado vienen a solucionar (o al menos a paliar) este problema. Cada vez más bicicletas eléctricas vienen equipadas con rastreadores GPS de fábrica. Sin embargo, generalmente se instalan en el ordenador de la bicicleta, no en la batería.

Aun así se trata de un gran paso para prevenir el robo de la bicicleta completa. En el caso de la batería, lo habitual es montar un cierre de seguridad que depende de una llave especial para poder extraerla. Otra solución es que el propietario instale en ella algún dispositivo de seguimiento de los que se comercializan en el mercado. Algo similar a las Apple AirTags o cualquier otra tecnología equivalente basada en el geoposicionamiento.

Sobre la firma
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Gonzalo García

Redactor y probador especializado en vehículos eléctricos y movilidad sostenible. Escribe en Híbridos y Eléctricos desde 2017. Es ingeniero de Caminos por la Universidad Politécnica de Madrid y Técnico especialista en vehículos híbridos y eléctricos por la SEAS. Ha trabajado en medios como Movilidad Eléctrica y Km77.