Volvo Construction Equipment (Volvo CE) ha presentado una solución para convertir la pala cargadora Volvo L120H diésel de 20 toneladas en una máquina totalmente eléctrica, sin emisiones de gases y con mucho menos ruido, y sin perder prestaciones por el camino.
La compañía sueca tiene el firme propósito de ampliar su oferta de maquinaria eléctrica de cara a reducir su huella de carbono. Y aunque en determinados tipos de vehículo, con enormes demandas de energía, no es viable hacerlo actualmente, en otros sí se puede.
Desarrollada en colaboración con Parker Hannifin y puesta a punto por CE Engineering Solutions, la Volvo L120H Electric Conversion utiliza como base la máquina diésel convencional, la que se ofrece actualmente en el catálogo, a la cual se le quita el motor diésel y todos los elementos asociados. Donde normalmente va el motor diésel, por detrás de la cabina, se ha colocado una batería de 240 kWh de capacidad que proporciona una autonomía de cinco horas "en la mayoría de aplicaciones" de trabajo. Una recarga completa (0-100%) requiere entre 1,5 y 2 horas.
La conversión eléctrica de la L120H ofrece el mismo rendimiento que su homóloga diésel, pero sin emisiones de escape. La versión diésel tiene un motor con 276 CV (203 kW) y 1.320 Nm de par, así que cabe pensar que la versión eléctrica iguala esas cifras. A eso hay que añadir un funcionamiento mucho más silencioso en comparación con la cargadora diésel, lo cual aumenta el confort del operario y las personas que trabajan alrededor.
Para ponerla en contexto, la L120H es una cargadora de tamaño medio, posicionada en la gama a medio camino entre la L60H (13 toneladas) y la L350H (56 toneladas). La capacidad de su cuchara es de 2,6 - 9,5 m³, pudiendo cargar hasta 12.300 kilos cuando está totalmente articulada. El peso operativo de la máquina alcanza las 21,6 toneladas. Según Volvo CE, la conversión eléctrica iguala todas estas prestaciones.
Además, incorpora de serie elementos como el Comfort Drive Control, el sistema Load Assist con pesaje a bordo, el sistema de mitigación de colisiones con radar trasero y aplicaciones específicas del vehículo eléctrico que permiten conocer de manera remota el estado de la batería y de la carga, así como precalentar la cabina.
La L120H Electric Conversion estará disponible este año para clientes seleccionados en Europa. Dice Volvo que este nuevo modelo de negocio, menos costoso que una máquina eléctrica nueva, facilita el paso a la electricidad. Los clientes interesados podrán mostrar su interés en su concesionario o enviar un mail directamente a la marca. En función de la demanda, Volvo ofrecerá la posibilidad de convertir a eléctricas las palas cargadoras más allá de 2023.
Esta última colaboración para ampliar su línea de cargadoras de ruedas eléctricas sigue a la inversión de Volvo CE en el fabricante holandés Limach, anunciada en junio, para ampliar la cartera de excavadoras eléctricas de la empresa. También se produce en paralelo con el desarrollo por parte de la empresa de más soluciones 'cero emisiones', como la Volvo EC230 Electric, una excavadora eléctrica de batería de 23 toneladas, o el dúmper articulado XH04 alimentado por hidrógeno. Ambos proyectos son los primeros pasos hacia los objetivos de reducción de emisiones de carbono: Volvo CE se ha puesto como objetivo lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2040 en el marco de la iniciativa Science Based Targets.
